La propuesta municipal para humanizar Lavedra y para que el Ministerio de Fomento la incorpore en su proyecto incluye un estudio sobre la movilidad de los peatones, pero no solo de cómo se mueven atendiendo a los pasos de cebra y a las pasarelas que están ya habilitados en el trazado de Alfonso Molina sino también esas rutas alternativas que se han ido consolidando con el paso de los años y que nacieron de la necesidad de los vecinos de llegar a un punto concreto "con el menor rodeo posible". Estas rutas son más utilizadas, "evidentemente, en donde las condiciones de la red peatonal son más precarias", según explica el documento, que aboga por "repensar" las trayectorias.

"La avenida es una barrera radical para los movimientos peatonales transversales", concluye el estudio, ya que, a partir de la pasarela de la calle Alexander Von Humboldt no hay tramos de menos de 500 metros en los que se pueda cruzar sin infringir ninguna norma de circulación y, entre la pasarela de Matogrande y la de Elviña, llega casi a los 700 metros. En su condición lineal, según explica el estudio, Lavedra se convierte en una "infraestructura de tránsito público que es útil para el peatón", y que, a pesar de no estar en buenas condiciones para funcionar como senda peatonal, lo hace por sus arcenes.

El documento, elaborado por Partidarios da Cidade Sociedade Cooperativa Galega, atiende además a que los vehículos son los verdaderos protagonistas de la movilidad en la avenida y en los viales adyacentes y en las entradas y las salidas laterales que "siempre se formalizan como enlaces de alta velocidad y no como calles". El hecho de que haya peatones que se aventuran a cruzar Alfonso Molina y sus enlaces o que transitan por los arcenes no es un fenómeno actual sino que está documentado que se producía ya en los años ochenta y no tiene que ver ni con edades ni con géneros ni siquiera con facilidades para moverse, ya que hay instantáneas actuales de vecinos con muletas caminando por Lavedra.

Pero, ¿por dónde cruzan? En Alfonso Molina hay doce pasos exclusivos para peatones -tres en la avenida, ocho pasarelas y un túnel-; cuatro pasos mixtos para tráfico motorizado y peatonal -dos sobre la avenida y otros dos por debajo- y tres pasos informales -dos viaductos pensados solo para vehículos y un paso bajo la avenida que también es solo para tráfico rodado-. De este modo, no es extraño ver cómo los peatones caminan por los arcenes de Nuevos Juzgados o que cruzan en los enlaces que van de la Seat hacia el Carrefour o atravesando Palavea.

El estudio apunta a que Alfonso Molina "es la línea de conexión más directa y natural entre sus barrios colindantes", como el polígono de Elviña, Ponte da Pedra, Matogrande, Elviña, o Foxo, Palavea, Peñarredonda y el ofimático a pesar de que ir de unos a otros caminando no es sencillo por la carencia de pasos elevados.