Todo se fue deshojando y emergió el último en llegar. El pequeño grupo municipal se fracturó. El portavoz municipal dimitió. Mar Barcón dejó de estar al frente del PSOE coruñés. Tuvieron que formar una gestora. Y José Manuel García, Pepe García, un economista y empresario que apareció como fichaje estrella independiente de la primera candidatura a la Alcaldía de la veterana socialista, ha acabado veinte meses después como máximo representante del partido en el Concello, asomándose como figura clave en una formación con las mayores urgencias de su historia.

Una elección sin consenso, tres de seis concejales pero con el apoyo insistente en la agrupación de Barcón y sus afines. Los recelos por cómo iba creciendo su papel, también por su fama de tener opiniones menos escoradas a la izquierda que sus compañeros, le han perseguido desde el inicio, por ejemplo, desde que a algunos militantes ya no les gustase que, en el minuto cero, lo nombrasen miembro de la "comisión de seguimiento", con un portavoz de cada partido, al principio del mandato. Mar Barcón ya había decidido dar medio paso atrás al fracasar en las elecciones municipales y el PSOE quedar relegado a tercera fuerza en el salón de plenos.

Su reciente incorporación y su condición de independiente le cerraron inicialmente su elección como portavoz. José Manuel García (A Coruña, 1965) se afilió hace unos meses. Cuando le preguntaba este periódico en la campaña de 2015 si era simpatizante del PSOE, que no militante, respondía que "la política, sobre todo en el ámbito municipal, es muy de personas". "Soy una persona progresista desde siempre pero también tengo algunas vertientes que no tienen por qué entenderse dentro de este contexto", contestaba sobre su ubicación política, que definió posteriormente como "socialdemócrata" en su perfil de Twitter. "Le dije a Mar que voy a misa los domingos, que no soy un estereotipo socialista", señalaba en otra entrevista electoral. Fue Barcón, amiga, con quien colaboró en el Concello durante el Gobierno vazquista como consejero técnico del programa de integración laboral Equal, la que lo llamó y la que ha auspiciado su nuevo rol.

En aquellos primeros tiempos, socialistas poco convencidos de lo que les podría aportar, compartían por WhatsApp en secreto una entrevista de 2009 en un blog, en la que García respondía que sus aficiones eran "estar con la familia y con los amigos de toda la vida, el golf, el ajedrez y leer". En ella explicaba sus proyectos como empresario, en concreto sobre la innovación en el aprendizaje de idiomas y un invento para mejorar en ello, el Binaurality. De políticas hablaba algo. Le pedían los entrevistadores que dijese qué haría y que no haría si tuviese "el poder absoluto" en España. ¿Qué haría? "Le facilitaría la vida a las micropymes de manera radical, apoyaría sin ambigüedades el tercer sector y reduciría el peso de la administración un 30%". ¿Qué no haría? "Fomentar los idiomas regionales como lo están haciendo algunas zonas de España, fomentar una especie de relatividad en todo lo referente a los valores y poner en marcha la ley Sinde en lo referente al control de internet".

José Manuel García fue una figura destacada en Cruz Roja en A Coruña. Entró en 1991 y dos años después ya era secretario general, puesto que ocupó hasta 2001. Iniciando su carrera con 26 años en el sector del acero, su currículo aparece vinculado a distintas empresas. Director general de Volvoreta (Kina Fernández) siete meses, director general de Manantiales de Galicia (Cabreiroá) tres años y medio, y subdirector general de Hijos de Rivera dos años y cinco meses, hasta mayo de 2009. Después de este recorrido, busca su futuro en el emprendimiento con Innova Consultores Estratégicos e Innova Idiomas. Según su declaración de bienes en la web municipal, tiene un 50% en la segunda sociedad, un 70% en la primera y un 40% en Innova Bussines School, firmas ligadas a academias de idiomas. También tiene el 100% de Comercial Hércules, cuyo objeto social es "garaje, guardia y custodia de vehículos; comercio de bisutería y complementos".

Menos de dos años después de las elecciones, García será el portavoz de un grupo municipal socialista completamente dividido. Su nombramiento se daba prácticamente por seguro después de haber ido acumulando protagonismo a lo largo de estos meses y, sobre todo, después de la dimisión de José Manuel Dapena en el puesto por las desavenencias con Barcón. En la última fase, sobre todo, asumió las negociaciones con Marea, a los que ha atacado duramente y con los que tiene menos entendimiento con otras ediles que han quedado relegadas como Yoya Neira y Silvia Longueira.