El Arzobispado de Santiago hizo pública ayer su protesta por uno de los carteles con los que el Concello publicita las fiestas del próximo Carnaval, obra del dibujante Guitián, que reproduce a una persona disfrazada de Papa con un cáliz en la mano y que lleva colgando un coche a modo de Papamóvil.

En un comunicado difundido por la Secretaría de Medios de Comunicación de la Archiodiócesis, se lamenta la aparición en este cartel y en un folleto de "una viñeta alusiva al Papa", que a su juicio hace una utilización de la imagen del pontífice "que ni se corresponde con la realidad ni guarda relación alguna con la celebración lúdica que se publicita".

El Arzobispado compostelano asegura que rechaza "firmemente" esta utilización, ya que considera que "hiere los sentimientos de los creyentes", así como que puede implicar una "burla a las creencias de miles de coruñeses". Para los responsables eclesiásticos, la imagen empleada en el cartel "ofende, gratuitamente, a cuantos, católicos o no católicos, sienten un respeto profundo y sincero por la persona del Papa".

También advierte el Arzobispado de Santiago que los símbolos religiosos, "muy especialmente las figuras que representan a todas las confesiones religiosas, católicas o no", no deberían ser nunca "objeto de utilización o manipulación", y destaca que esta situación no debería producirse "ni siquiera bajo la excusa del divertimento o de ocasiones lúdicas", en referencia a las celebraciones del Carnaval.

Tras conocerse este comunicado, el colegio La Grande Obra de Atocha comunicó ayer al Concello que no permitirá la realización en sus instalaciones de actividades del Carnaval en caso de lluvia, ya que está situado en la plaza de España, lugar que concentra buena parte de los actos festivos del martes de Carnaval. La medida está justificada por su desacuerdo con el cartel de Guitián y supone una protesta más de la comunidad religiosa en relación con el mismo.

Fuentes del Gobierno local manifestaron ayer acerca de esta polémica que los carteles elaborados para estos festejos "asumen el espíritu irreverente de la propia fiesta". Según este criterio, "están pensados para divertir, no para ofender", a lo que se añade que la obra "solo refleja uno de los disfraces más comunes y festejados en la calle".

También se manifiesta desde el Concello que rechazar la utilización de esa figura en el cartel supondría "aplicar una censura de otros tiempos".