Álex Barros nació en Madrid, pero está enamorado de Galicia desde su infancia. El artista, que pisa asiduamente tierras gallegas, ofrece hasta el 16 de marzo en la Galería Arte Imagen Un andar miudiño, una serie de pinturas inspiradas en sus viajes a la zona.

-Un andar miudiño gira en torno a su relación con Galicia, ¿cómo es ese vínculo que mantiene con las tierras gallegas?

-Mi madre es de León y parte de sus hermanos están en A Coruña. Los veraneos que hicimos desde que yo era pequeño, cuando decidíamos ir a la playa, fueron sobre todo al norte. Siempre escogíamos ir a ver a la familia y lo seguimos haciendo, así que al final Galicia acabó formando parte de mí.

-¿Qué lugares de ella nos harán visitar sus obras?

En esta exposición reúno obras que hice en 2014 y 2015 en Cedeira y otras que he pintando en Madrid pero con paisajes de allí. También hay una serie pequeña realizada in situ en la ciudad de A Coruña y cuadros más grandes pintados a partir de fotos de Santiago y de alguna aldea gallega.

-¿Son solo paisajes, o también vivencias?

-Son momentos cotidianos que le dan más realismo a las escenas que he vivido. Están mis primas en la Iglesia de Bastavales, mi primo pequeño en Malpica, mi novia caminando por la playa? Y también está la serie de A Coruña, donde se ve el tiempo gallego, tan nuboso, que he vivido allí mientras pintaba resguardado en los soportales de María Pita.

-Es un tipo de arte muy centrado en lo que llama "pensamiento natural", ¿cómo lo definiría?

-Es un concepto que viene de esa necesidad de escapar de Madrid. Quien haya estado ahí sabe que es una ciudad muy frenética que no te permite pensar con claridad o estar tranquilo, algo que sí te permite Galicia. Ese pensamiento natural es ese escape, encontrar en la naturaleza un ámbito en el que te encuentres completo, e intentar hallarlo en cualquier lugar.

-La naturaleza es importante en su obra, pero también la música, hasta el punto de que clasifica su arte en silencios, sonidos e intermezzos. ¿En cuál de ellos se ubicaría esta muestra?

-Estaría claramente en sonidos. Los silencios son obras más intimistas, pero en esta muestra hay un componente social muy importante. Las personas de mi familia que aparecen, las canciones? Todo hace referencia a cosas que están sonando, hay una atmósfera en la que la música está muy presente. Por ejemplo, el cuadro de Bastavales en el que salen mis primas se basa en una foto hecha justamente cuando estaban cantando, ensayando un tema que iban a interpretar más tarde en la Iglesia.

-Le gusta Galicia, pero también ha pintando otros sitios, ¿ha pensado ya en el próximo espacio que protagonizará su obra?

-La verdad es que no. Ahora mismo he vuelto a Madrid, y tengo ganas de seguir pintando y explorando la luz. Pero no sé si escogeré un lugar en particular. Quizá algún viaje me lleve a un sitio que me inspire como Galicia.

-¿Volveremos a verla en sus obras?

-Seguro. Galicia está presente en mi vida, y espero que lo siga estando.