El programa municipal Tendas a Exame ofreció formación a comerciantes de los barrios de A Falperra y Os Mallos. Son clases teóricas y prácticas que se desarrollan en las propias tiendas durante el horario de apertura y en las que los que se ponen detrás del mostrador muestran a los expertos cómo hacen su trabajo diario para que les digan cómo pueden mejorarlo. En total, en esta edición, participaron 35 tiendas de estos barrios.

"Con el paso del tiempo te acostumbras a cosas que no están bien y tiene que venir alguien de fuera a decirte que las cambies, porque acabas por no darles importancia", dice del curso Ángel Uribe, de la tienda Disien. Su caso es especial, ya que pronto dejará el número 5 de la calle Wenceslao Fernández Flórez, recuerda que, cuando abrió las puertas "un poco más arriba" hace ya 17 años, el barrio era un hervidero de clientes. "El mercado tenía mucha fuerza", pero ese ir y venir se fue apagando con el tiempo, tanto, que Uribe ha decidido cambiarse de barrio.

A María Casero, de Vintage Caprice, tener una tienda física, en la que puede compatibilizar la venta con el trabajo en el taller, le ha dado más visibilidad y le ha supuesto nuevas vías de negocio. "No había pensado en hacer trajes de novia y ya llevo unos cuantos", dice. Para ella, la parte más constructiva del curso, además de aprender a sacarle partido a una pared, fue la de "la organización" y la de conocer herramientas para promocionar más su marca y sus productos realizados a mano.

Elena Seco, de En brazos, también aprovechó esa parte del curso que no se refiere al tratamiento con los clientes sino que forman parte de la trastienda. "Algunas veces no hacemos las cosas por falta de tiempo, de información o de organización", comenta Seco, que se dedica a la venta de cosas para bebés enfocadas a la crianza natural, así que, ahora, en su pequeño local, el espacio está "mejor aprovechado", incluso el del escaparate.

Cuentan los participantes en el taller que les enviaban un "cliente oculto" para ver cómo atendían y que expertos en marketing, en economía y en diseño de interiores sometieron a un intenso examen a sus negocios.

Carmen Quiroga, de la firma de moda infantil No sin Valentina, explica que está en proceso de cambio y de aplicación de algunas de las pautas que le mostraron durante el curso. En la tienda, que tiene también espacio para el taller, tiene sus colecciones -sacan dos cada año- y un espacio de pruebas, ya que elaboran prendas a medida.