Siete miembros de una organización dedicada al tráfico de drogas que operaba en Leganés y que distribuía cocaína en A Coruña fueron condenados a penas que oscilan entre tres y cinco años y medio de prisión. Uno de los procesados fue interceptado durante la madrugada del 16 al 17 de diciembre de 2011 cuando viajaba en autobús desde la capital a A Coruña con kilo y medio de cocaína oculto en una mochila, cuyo valor en el mercado alcanzaría los 53.000 euros, según indica el tribunal en la sentencia. El índice de pureza de la sustancia intervenida era del 27,16%.

El sospechoso, como era habitual cuando ejercía de mula, iba acompañado por su hijo menor de edad. "Realizaba el transporte a cambio de una cantidad, sin que conste que se dedicase de forma habitual a esa actividad", concluyeron los magistrados en el fallo judicial. La droga, tal y como constataron los agentes que investigaron los hechos a través de escuchas telefónicas, iba a ser recogida por otra de las condenadas, una prostituta que ejercía en la ciudad y que suministraba cocaína a sus clientes.

La mujer, que había solicitado la droga por teléfono quince días antes a uno de los miembros del grupo asentado en Madrid, se encargaba de repartir la sustancia tóxica entre sus compañeras prostitutas para que se la vendiesen a sus clientes. Los funcionarios que pincharon los terminales de las sospechosas comprobaron que los coruñeses que demandaban, además de sus servicios, un gramo de cocaína, utilizaban como clave cuando las llamaban por teléfono "hamburguesa completa".

El tribunal encargado de enjuiciar los hechos le concedió la suspensión de la pena durante cinco años a la prostituta residente en A Coruña condenada, que fue asistida por el letrado Diego Reboredo. Otra de las vecinas de la ciudad imputadas fue absuelta por falta de pruebas. Por tanto, la procesada no ingresará en prisión si durante esos cinco años no vuelve a delinquir y finaliza el tratamiento de desintoxicación al que se está sometiendo. La sospechosa fue sentenciada a tres años y tres meses de cárcel y al pago de una multa de 800 euros.

El resto de miembros de la organización ingresarán en prisión por cometer delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. Además de a penas que oscilan entre los tres y los cinco años y medio de prisión, fueron castigados con el abono de multas de entre 80.000 y 40.000 euros. Durante los registros realizados en sus domicilios los agentes se incautaron de droga, de dinero en efectivo y sustancias destinadas a cortar cocaína, entre otros efectos.

Los acusados recibían llamadas telefónicas de diferentes móviles en las que les encargaban la cantidad de cocaína deseada mediante un "lenguaje convenido en el que de modo alguno se mencionaban palabras como cocaína o droga", destaca el tribunal, que considera probado que usaban nombres como "fotos, cds, barritas de pan o cajitas". Para solicitar la cantidad hacían referencia a un supuesto piso, así, indicaban "el segundo, el cuarto? etc.".

Tres de los ocho sentenciados eran familiares y actuaban "de forma conjunta, sin realización de diferentes funciones, si bien uno de ellos era el que ejercía función de líder, siendo el que se encargaba de la adquisición de droga para su posterior distribución y controlaba su custodia". La prostituta de A Coruña telefoneó al cabecilla para solicitarle el envío de kilo y medio de cocaína a la ciudad en autobús.