Juan Antonio Sánchez-Morate es uno de los pocos vecinos de la comarca de A Coruña que ha decidido poner un coche eléctrico en su vida. Desde hace menos de un mes, este residente en Culleredo "monta en el futuro" desplazándose en un Nissan Leaf, el principal modelo ecológico de esta marca que comenzó a comercializarse a finales de 2015. La escasa autonomía de este tipo de vehículos le ha llevado a instalar en el garaje de su edificio un sistema de recarga propio.

Si esta clase de vehículos ya suponen un desembolso superior al de otros modelos tradicionales basados en combustibles fósiles -se mueven en el mercado de primera mano en precios que raramente bajan de los 20.000 euros-, en el caso de Juan Antonio el sistema para alimentar las baterías del coche desde su garaje le ha supuesto un gasto extra de 2.000 euros.

Aunque el concesionario ofrecía asesoramiento a la hora de realizar la instalación, él decidió contratar por su propia cuenta la comercializadora del suministro eléctrico -que conectó su contador al punto de recarga en su plaza de garaje-, así como la protección de la instalación y la colocación del punto de recarga. Actualmente, tiene contratada una potencia de 3,5 kilovatios, lo que le obliga a tener cargando su coche durante un periodo de 10 a 15 horas para llenar una batería totalmente vacía al completo. Tras un farragoso proceso de trámites con la distribuidora, Gas Natural-Fenosa, para poder aumentar su potencia, confía en poder contar a partir de esta semana con una electrolinera personal que alcance los 7 kilovatios, reduciendo a la mitad el tiempo de carga. "No sé por qué motivo, pero la comunicación con Gas Natural-Unión Fenosa ha sido un poco complicada para gestionar este cambio", lamenta.

De hecho, si no hubiese sido por los conocimientos de electrónica que tiene, Juan Antonio no habría podido cargar su coche en su plaza de garaje desde que se hizo con él, el seis de febrero, ya que la batería de su coche no era capaz de cargar con solo 3,45 kilovatios sin haber cambiado antes su configuración.

Con la red municipal de cargadores de coche eléctrico totalmente inoperativa, sus únicas alternativas de carga en la ciudad y alrededores habrían sido el taller de su concesionario y unos puntos de carga en el aparcamiento del Corte Inglés de Marineda City.