En 2011, A Coruña se convertía en punta de lanza del Estado en materia de promoción del coche eléctrico, instalando la primera red pública de electrolineras informatizadas. Aquella apuesta, fuera de servicio desde 2014 por la quiebra de la empresa que la gestionaba, poco dio de sí teniendo en cuenta que en la ciudad sólo hay registrados a día de hoy 52 vehículos 100% eléctricos. Pero, ¿por qué no han calado este tipo de automóviles entre los coruñeses? Los concesionarios de la comarca son casi unánimes en el diagnóstico: por un lado, por el miedo de los conductores a la escasa autonomía de las baterías y, por otro, por la ausencia de políticas públicas para impulsar su uso, algo que sí ha ocurrido en Cataluña o Madrid.

"En Cataluña, los coches eléctricos no pagan peajes en las autopistas de la Generalitat y allí el Gobierno ha puesto una red de puntos de recarga en toda la comunidad, para poder llegar a cualquier sitio en coche eléctrico", señala Miguel Galván, responsable de clientes de Automóviles Automotor. A lo que se refiere Galván es al plan del Gobierno catalán de instalar hasta 2019 un total de 21.000 puntos de carga, invirtiendo 5,8 millones de euros. En Madrid, por ejemplo, estos vehículos no pagan ORA. "Aquí no se ha apostado por una red de carga gallega y la orografía no ayuda. Si uno depende de instalar un puesto en su casa, los incentivos para el coche eléctrico son muy limitados", asegura.

Álex Sánchez, jefe comercial de turismos Automóviles Louzao hace un análisis similar. "Que la red de carga de A Coruña no funcione es terrible. Se ha hecho una inversión grande en ella pero no hay interés. Si estuviese operativa, habría más coche eléctrico", afirma. En los últimos tiempos dice haber percibido un mayor interés por este tipo de vehículos pero cree que todavía es necesario trabajar la "concienciación". "La gente tiene miedo a la autonomía, pero con el tiempo va siendo mayor", comenta.

Samuel Larrosa, responsable comercial del concesionario de M. Caeiro, es optimista sobre la evolución de la autonomía de las baterías. "En año y medio, he visto pasar de coches eléctricos con una autonomía de 220 a últimos modelos con 400. En cuatro años, habrá vehículos con autonomías de 700 kilómetros, lo mismo que el coche térmico convencional", asegura. En su día a día también percibe como lo eléctrico despierta cada vez más el interés de conductores particulares, dejando de ser un nicho monopolizado por administraciones y empresas.

En cuanto al precio, los profesionales de los concesionarios consideran cada vez son más asequibles para el público general y advierten de que, a largo plazo, la inversión acaba compensando. "A la hora de valorar si son o no más económicos, hay que pensar que los eléctricos tienen menos averías y que el gasto en combustibles es mucho menor", señala el responsable comercial de M.Caeiro. "Pagando un euro por la recarga se pueden recorrer 100 kilómetros", sentencia el responsable de Antamotor.