"Nosotros no somos médicos ni enfermeros, pero con lo que sabemos hacer, que es tocar, queremos poner nuestro granito de arena y ayudar a los refugiados", así explica el violinista Daniel Vlashi el concierto que esta tarde dará junto a la flautista Clara de Soto en el Conservatorio Profesional de Música de A Coruña. Será a partir de las 19.30 horas y no cobrarán entrada, pero pondrán una urna para que los asistentes al concierto puedan dejar sus donativos, que irán destinados íntegramente a la ONG Proactiva Open Arms.

Cuenta Vlashi que, un día estaban viendo el programa de Jordi Évole, Salvados, sobre cómo los voluntarios de esta asociación ayudan a los refugiados en Grecia y que decidieron implicarse en la medida en la que sus posibilidades se lo permiten. "Nos impactó tanto que enseguida pensamos que teníamos que hacer algo para ayudar, así que, nos pusimos en contacto con la ONG y nos ayudaron un montón. Nos mandaron unas camisetas y también material informativo sobre su labor de rescate", comenta Vlashi. Sobre el escenario no estarán solos, tocará también el profesor del conservatorio Gabriel López, que les acompañará al piano en una pieza y también Rediana Llukaçi, que tocó como violonchelista en la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) y madre de Daniel Vlashi.

"En el programa vimos que tenían problemas económicos para financiar algunas de las actividades que hacen y nos gustaría poder ayudar a que lleven mejor el día a día. Ya sabemos que no vamos a poder resolver nosotros todo, pero podemos ayudar un poco. Cada uno que ponga en la urna lo que pueda y que disfrute de la música", anima Vlashi. Tanto Daniel como Clara tienen 19 años, él estudia en Lyon (Francia) y ella, en Colonia (Alemania) y, para este concierto, han elegido un repertorio "muy poco conocido", ya que no hay muchas piezas escritas para violín y para flauta, así que tocarán piezas de Haydn, Molique, Martinu y Rota. Saben que este concierto no podrá solucionar todos los problemas de los que se escapan de sus países, de los que prefieren arriesgarse en el camino a esperar la muerte en Siria o Eritrea, pero sí creen que conseguirá que los voluntarios de Proactiva Open Arms puedan seguir salvando vidas en el mar, rescatando a los que se aventuran a buscar un futuro mejor.