Los psiquiatras que testificaron ayer en la segunda sesión del juicio por una presunta violación cometida por uno de los estafadores con más causas pendientes en España y Portugal, prófugo de la Justicia durante un tiempo, Roberto Neira Reigosa, consideran "creíble" el relato de la víctima. La Fiscalía solicita que sea condenado a nueve años de cárcel y a pagar una indemnización de 30.000 euros, mientras que la acusación particular demanda 12 años de prisión y el abono de 75.000 euros a la afectada.

La denunciante, que ejercía la prostitución de forma esporádica en su vivienda de Arteixo, declaró durante la vista que en mayo de 2011 se negó a mantener relaciones sexuales con el procesado porque le entregó un cheque en lugar de pagarle en efectivo. El acusado, según su versión, la violó dos veces y la obligó a hacerle una felación en un chalé deshabitado de Mera del que era propietario. La mujer, desesperada porque sostiene que llegó a asegurarle que estaría "días" en la casa recluida, lo golpeó con una botella de champán en la cabeza, lo que le provocó una brecha. Tras ayudarle a hacerse las curas porque estaba "atemorizada", pudo huir por la ventana del baño cuando se quedó dormido. "Pensé que me iba a matar, que de allí no salía. Me dijo, 'grita lo que quieras que la casa está insonorizada'", contó la víctima. "Cuando escapé, empecé a timbrar en chalés de la urbanización y nadie abría. Me escondí debajo de un coche porque tenía mucho miedo a que despertase y me encontrase. Desde allí avisé al 112. Después, llamé a una casa y un matrimonio me abrió y me ayudó", relató.

Los forenses admitieron que la denunciante tiene "problemas psiquiátricos", ya que proviene de una familia desestructurada, y señalaron que tuvo un intento de suicidio. Los especialistas, no obstante, sostuvieron que su versión sobre la violación es "creíble". Los médicos que la examinaron testificaron que tenía restos de semen y que su ropa estaba manchada con sangre del procesado.

La mujer indicó que el sospechoso la engañó hasta llevarla a la vivienda de Mera. "Me había contratado dos veces antes, en mi casa, y nunca hubo ningún problema, por eso accedí a ir con él", indicó la joven, al tiempo que especificó que, en principio, el servicio iba a ser en un piso de la plaza de Pontevedra de A Coruña. El imputado, según su versión, le puso excusas para no pagarle en efectivo hasta que la convenció para ir al chalé, donde supuestamente iba a pagarle. Una vez allí, la víctima comenzó a asustarse y le pidió irse, pero, según las acusaciones, no le dejó y la violó.

El procesado alegó ante el tribunal que la denunciante miente. Así, sostuvo que le pagó 500 euros en su casa de Arteixo y que la mujer vio que llevaba "unos 5.000 euros" en la cartera procedentes de "negocios". Neira Reigosa aseveró que lo golpeó con una botella en la cabeza para robarle.