El profesor de la Universidad estadounidense de Oregón, Richard Chartoff, habló ayer en la Domus sobre los condones del futuro, un proyecto en el que lleva años investigando después de haber recibido una beca de la Fundación de Bill Gates para mejorar el producto y extender su uso por todo el mundo. Director del Laboratorio de Caracterización de Polímeros, Chartoff confía en que la sustitución del látex por materiales polímeros ayude a reducir el número de embarazos indeseados y el contagio de enfermedades sexuales por todo el planeta, mejorando a la vez la experiencia del acto sexual.

- El título de su conferencia es Mejores condones para el siglo XXI . ¿Qué cambios introducirá esta nueva generación de preservativos con respecto a los que se pueden comprar hoy en día?

-Los preservativos serán más resistentes y a la vez más delgados que los que hay ahora, adaptándose mejor a la forma del pene de cada individuo. La clave para conseguirlo es que, en lugar de con látex, estarán hechos con un tipo de material poliuretano. El cambio beneficiará a todos los hombres y mujeres a los que el látex provoca algún tipo de alergia o irritación ya que con este tipo de productos no habrá más reacciones adversas de este tipo. El condón del futuro, en resumidas cuentas, será mucho más fino, más sensible y más resistente que los de ahora.

- ¿Es compatible que estén hechos con polímeros y mantener un precio low cost , como tienen los de látex?

-Probablemente sea un precio mayor que el látex pero la idea es vender estos preservativos en países pobres a precio muy reducido.

-¿Qué impacto podrán tener estos nuevos preservativos en los países más subdesarrollados?

-Va a ser extremadamente importante porque la idea principal de este proyecto es conseguir que este condón lo use el mayor número posible de gente. Cuanta más gente lo use, más difícil será la expansión de enfermedades de transmisión sexual, algo que afecta especialmente a estos países pobres. Habría también un beneficio para países más desarrollados ya que en los últimos años ha habido un incremento de enfermedades de transmisión sexual, tanto en Europa como en los Estados Unidos. Muchos hombres sienten que los preservativos actuales son incómodos y prefieren no hacer uso de ellos, lo que, más allá de las enfermedades, también puede dar lugar a embarazos indeseados.

-Sin embargo, en el mercado se venden diferentes tipos de preservativos, ofreciendo diferentes sensibilidades y hasta sabores. ¿No se ha innovado lo suficiente en este campo?

-Realmente ha habido muy poca investigación para mejorar los preservativos y se ha mantenido prácticamente intocable el modelo estándar hecho con látex en la década de los 50. Eso no quiere decir que los preservativos actuales estén obsoletos pero sí que hay mucho trabajo que hacer para mejorarlos. Los condones actuales son muy gruesos e introduciendo nuevos materiales, como los polímeros, podremos reducir el espesor del preservativo un 66%, lo que incrementará bastante la sensibilidad a la hora de usarlos.

-¿Cuánto tiempo necesita para acabar el proyecto y poder sacarlo al mercado?

-Hemos desarrollado el producto hasta el punto de que solo estamos pendientes de venderlo a compañías interesadas en comercializarlo. Sin embargo, antes de salir al mercado tiene que pasar una serie de pruebas clínicas. Los condones son considerados un tipo de dispositivo médico y están obligados a pasar los test que marca la legislación para este tipo de productos.

-¿Las industrias están interesadas en este producto?

-Hemos percibido una buena demanda e interés por parte de algunas empresas que probablemente estarán interesadas en hacerse con la invención, pero por el momento son especulaciones. Hasta que no finalicemos con estas pruebas médicas no podremos saber cómo funciona realmente el producto en el mercado.