Un cambio en el diseño original del establecimiento promovido por el concesionario para adaptarse a las condiciones climáticas del lugar aplaza la puesta en marcha de la cafetería de la ciudad deportiva de la Torre. La empresa Centro de Negocios Finisterre, a la que el Concello otorgó la concesión de esa instalación el 21 de abril de 2015, ha propuesto reformar el proyecto del local para cambiar las lonas que inicialmente iban a componer las paredes y la cubierta de la cafetería por planchas de plástico que resistan mejor al fuerte viento que suele azotar la zona. De acuerdo con las especiales condiciones del lugar, el Concello eligió un módulo prefabricado que tendría que albergar la cafetería, con una superficie de 97,5 metros cuadrados y una estructura de acero. El proyecto especificaba además que contaría con una barra de ocho metros de longitud y espacio para ocho mesas altas y otras tres altas.

La proximidad de la Torre de Hércules hace que la Dirección Xeral de Patrimonio obligue a que el establecimiento sea desmontable, lo que llevó en un primer momento a plantear que las paredes fueran de un material textil que podrían ser recogidas en los días de buen tiempo, aunque finalmente el adjudicatario se ha decantado por otro de material plástico.

El adjudicatario se comprometió a efectuar una inversión de 146.276 euros y a abonar un canon anual de 8.000 euros. La empresa, que explota también los ambigús del estadio de Riazor, no tiene una previsión de cuándo abrirá la cafetería. Pretende hacerlo antes del verano, aunque todo depende de las conversaciones que mantiene con el Ayuntamiento, al que corresponde dar el visto bueno al proyecto. Al encontrarse en la zona de protección de la Torre, el Concello estableció que el edificio debería construirse adosado al del frontón con el fin de no afectar a las vistas del monumento, ya que no será visible desde el exterior del complejo deportivo.

Esta ubicación le permitiría estar protegido de los vientos del suroeste, muy frecuentes en la zona. La proximidad al frontón haría posible también que los clientes utilizasen los aseos de ese edificio, así como la conexión con los servicios de saneamiento y abastecimiento de agua y la electricidad.

La justificación de la instalación de una cafetería en este recinto viene dada por su utilización masiva por parte de deportistas y acompañantes a lo largo de todo el año, ya que el Concello calcula que una estimación a la baja sitúa en 300.000 el número de personas que pasan cada año por la ciudad deportiva, donde en la actualidad solo existen unas máquinas automáticas que proporcionan a los usuarios bebidas y aperitivos.