El dibujo de un hombre disfrazado de Papa, embutido en un papamóvil de cartón, con una copa de vino en una mano, la nariz y la mejilla sonrosadas, y zapatillas en los pies sentará al concejal de Culturas, José Manuel Sande, como imputado en el juzgado de Instrucción número 3 por un presunto delito contra los sentimientos religiosos. Esa ilustración papal, obra del dibujante Alberto Guitián, protagoniza uno de los carteles con los que el Ayuntamiento promocionó el pasado Carnaval y molestó al Partido Popular y al Arzobispado de Santiago. También a la presidenta de la Asociación de Viudas de Lugo, Aurora Carro, quien interpuso la denuncia contra el Gobierno local que ha llevado al juzgado a citar a Sande para que declare como investigado -figura judicial que sustituye a la de imputado- el 17 de abril.

"Desde el Gobierno local tenemos absoluta tranquilidad ya que no hubo ninguna voluntad de ofensa con un cartel que reproduce un disfraz habitual en el Carnaval coruñés, dentro del carácter irreverente y lúdico que caracteriza esta fiesta", comentó el concejal, que mostró su "absoluta voluntad" de colaborar con la Justicia y advirtió de que su citación obedece al "procedimiento habitual cuando existe una denuncia".

José Manuel Sande, como ya había defendido el Gobierno local en la víspera del Carnaval, sostiene que la imagen del cartel "no es ofensiva con ninguna creencia religiosa, sino que entronca con una tradición festiva en esta tierra y con humor gráfico". "El cartel no representa la figura del Papa católico, sino a una persona ataviada con uno de los disfraces clásicos del Entroido coruñés", añadió.

La presidenta de la Asociación de Viudas de Lugo, que denunció a título particular "con unas amigas", considera que el diseño del cartel resulta ofensivo contra la religión católica y sostiene que ni en Carnaval se deberían usar los disfraces de "cura, de monja, de guardia civil, de policía y de militar", algunos de los más utilizados en el Entroido coruñés.

Tras trascender ayer la citación judicial a Sande, la presidenta de las Asociación de Viudas de Lugo aseguró que había perdonado "en el momento" al Concello por difundir ese cartel de Carnaval, aunque justificó no haber retirado la denuncia porque estos comportamientos "merecen un escarmiento" para que "no se vuelvan a repetir".

Sobre si seguirá adelante con el procedimiento, Carro admite que todavía no ha recibido ninguna citación y que no sabe cuáles serán los pasos a seguir. Dice que está dispuesta a contestar a lo que le pregunten en el juzgado si la llaman a declarar y a defender que "no se pueden hacer burlas" de las religiones, "en este caso, de la católica", ni siquiera en Carnaval.

El primero en mostrar su rechazo al cartel fue el Arzobispado de Santiago de Compostela, que en febrero emitió una nota como protesta pública oficial por considerar que el diseño "hiere los sentimientos de los creyentes" y "puede implicar una burla a las creencias de miles de coruñeses". A sus críticas se sumó el Partido Popular a través de su secretario general en Galicia, Miguel Tellado, y la presidenta de la Asociación de Viudas de Lugo. El colegio Grande Obra de Atocha no cedió sus instalaciones para actividades municipales de Carnaval, como había hecho otros años, al sentirse "ofendido" por el cartel

Ante esa indignación católica, el Gobierno local y el dibujante contaron con el apoyo de las principales comparsas del Carnaval coruñés. Os Maracos, Monte Alto a Cien, Pantaleón, Kilomberos de Monte Alto, Malandros y Amigos da Xoldra replicaron que "el vestuario relacionado con la iglesia estuvo siempre presente" en el Entroido coruñés en el que participa tanto "gente creyente" como personas que no lo son, "siempre con respeto y con el apoyo de todos los gobiernos locales". El propio autor de la ilustración reaccionó sorprendido ante las críticas: "Esto es de película de Berlanga, la reacción de ciertos sectores es desproporcionada".