La Marina es, oficialmente, "zona videovigilada". La Policía Local de A Coruña ya no patrulla el acceso a la vía restringida al tráfico, donde un cartel amarillo informa de la vigilancia mediante cámaras preparadas para captar aquellos vehículos que, sin la autorización pertinente, decidan atravesar la frontera de la zona peatonal. El método para multar es el mismo que tenía la vía prioritaria vigilada. Las matrículas captadas son revisadas por la unidad de Tráfico de la Policía Local para que puedan comprobar si, verdaderamente, se trata de un vehículo 'multable'.

Hoy, sin agentes del 092 en los accesos a la Marina, se pone fin a los once meses de control físico en el área, seis desde que comenzaron a probar las cámaras. Los dispositivos de videovigilancia están ubicados en tres puntos de acceso a la zona. Una en Puerta Real, otra ante la parada del bus de la Autoridad Portuaria y la última en el paseo de la Dársena a la altura de la calle Tabernas. Las cámaras se instalaron en septiembre y comenzaron a funcionar en fase de pruebas en octubre. El Concello anunció que estarían en funcionamiento a finales de enero pero problemas en el software, justificaron, impidieron que comenzasen a ejercer su labor de manera oficial y evitar que las patrullas estén aposentadas en el lugar de manera permanente.

Las cámaras identificarán las matrículas de los vehículos sin autorización. ¿Cuáles sí pueden? El transporte público (líneas regulares o discrecionales); aquellos que tienen permiso de carga y descarga en las horas correspondientes, de seis a once de la mañana; y vehículos con garaje privado entre la Autoridad Portuaria y los jardines de San Carlos. También ambulancias, otros vehículos de emergencias o coches o transportes oficiales.

Tienen el acceso vedado las motos y ciclomotores de los no residentes. No obstante, en cumplimiento del Real Decreto 1056/2014 por el que se regulan las condiciones básicas de emisión y uso de la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad, se permite la circulación de los vehículos que presenten la misma de forma visible siempre y cuando el destino final se encuentre dentro de la zona de acceso restringido. Del mismo modo, los servicios de cambios, vehículos de obra y de servicios especiales pueden acceder a las zonas peatonales y restringidas, previa solicitud de permiso de paso y acceso.

En cuanto a los residentes, y tal y como explicó Mobilidade Sostible cuando comenzaron las limitaciones en abril, desde la Autoridad Portuaria pueden pasar a la zona restringida aquellos vecinos y vecinas residentes en la avenida de Montoto e, igualmente, aquellas personas que tengan permisos de acceso a las calles Real y Riego de Agua. En el otro extremo acceden los vecinos de la Ciudad Vieja, así como residentes del paseo de la Dársena y las personas hospedadas en el Finisterre. Las personas residentes de la Ciudad Vieja pueden atravesar al casco histórico a través de O Parrote y abandonarlo por Tabernas y O Parrote, en sentido Castillo de San Antón. A partir de la calle Tabernas, los residentes del paseo de la Dársena podrán continuar hasta sus viviendas, debiendo efectuar la salida de la zona restringida exclusivamente por el mismo paseo. No hay tráfico entre el edificio Molina y la calle María Barbeito, salvo carga y descarga. Residentes y propietarios de vados de la calle Santiago acceden a los inmuebles desde el interior de la Ciudad Vieja.

6

La Policía Local deja de vigilar el acceso a la Marina

Según el plan de Mobilidade, las cámaras "generarán una evidencia" y esta imagen pasará por "una revisión de los policías de la sala de tráfico"cámaras . Estos dictaminarán si finalmente se tramita la sanción o no. Actualmente, la multa por saltarse la prohibición de circular por la Marina es de 50 euros con el pronto pago o 100 sin esta rebaja.

Los agentes comenzaron a realizar una labor informativa hasta septiembre, mes el que comenzaron las multas, tras reforzar la señalización. El tránsito por el túnel se incrementó un 51%. En total, los policías se han pasado en el lugar casi un año.

El número de vehículos que intentan pasar, con desconocimiento de la regulación de tráfico o no, ha ido disminuyendo a lo largo de este periodo pero, cada vez que los agentes se retiran del control, siempre hay alguien que se salta la prohibición, conductores que se arriesgan a recibir multas.