Los concejales de movilidad de Barcelona y Vitoria, ciudades en las que la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona también desarrolla sus planes de movilidad, expusieron ayer en el Kiosko Alfonso que desde hace años cuentan con un pacto político y ciudadano sobre esta materia como el que pretende alcanzar el Concello coruñés. Para la barcelonesa Mercedes Vidal, el derecho a la movilidad "es uno de los pilares del estado del bienestar, aunque no está reconocido" y destacó que pese a que en su ciudad los desplazamientos en vehículo privado solo son el 23%, la mayoría del espacio público está reservado para este medio de transporte, lo que calificó de "inequidad". Vidal comentó que la peatonalización del barrio de Gracia generó una gran conflictividad, pero que dos años después "nadie entiende que la realidad pueda ser otra".

El vitoriano Juan Carlos Escudero, quien intervino mediante videoconferencia, destacó que el pacto político permitió mantener que se triplicase el precio por aparcar en el centro pese a la oposición de 22 asociaciones de vecinos. "Es necesario alcanzar el consenso para tomar medidas impopulares", advirtió el edil, quien detalló que en Vitoria se realizan reuniones anuales del pacto por la movilidad para evaluar su aplicación, mientras que Mercedes Vidal añadió que en Barcelona a estas sesiones anuales se suma la actividad continua de grupos de trabajo sectoriales.

El responsable de esta área en el Concello de Pontevedra, César Mosquera, explicó que la amplia peatonalización efectuada en su ciudad redujo las emisiones de dióxido de carbono en media tonelada por habitante al año y advirtió que la oposición a estas medidas es "muy ruidosa".

Ante la petición del presidente de la asociación de vecinos de O Castrillón-Urbanización Soto, Domingo Verdini, de que los medios de comunicación tengan "altura de miras" al analizar estos proyectos, Vidal consideró que "si quieren que haya problemas, los habrá y si no hay colapso, se lo inventan", mientras que Mosquera reprochó el amplio eco dado en medios de Pontevedra a reducidos grupos de opositores a la peatonalización.

Escudero recordó que pese a las condiciones favorables para circular a pie o en autobús en Vitoria, la ciudad se congestionó en las últimas décadas, lo que llevó a su Ayuntamiento a apostar por las supermanzanas para "revertir la situación antidemocrática de la ocupación del espacio público por el coche".

La intervención de los tres concejales estuvo precedida por la de Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, quien destacó que la contaminación causa cada año 3.500 muertes prematuras en su ciudad y que el 85% de su superficie está "comprometida por la movilidad de los vehículos". Para Rueda, la movilidad "es solo una de las funciones del espacio público", de forma que con la aplicación de su planteamiento de las supermanzanas sería posible liberar el 61% del espacio público en Barcelona para otras actividades y reducir inicialmente el número de vehículos en un 13%.

El plan incluye el diseño de una nueva red de transporte público y triplicar los carriles bici, así como liberar 150 cruces de la ciudad para crear en cada uno plazas de 2.000 metros cuadrados de superficie. Pero Rueda advirtió que para ello es necesario el consenso y la participación ciudadana con el fin de cambiar la mentalidad sobre el uso del automóvil.