La primera fase de la limpieza de los terrenos de A Pasaxe en los que se encuentra el asentamiento chabolista concluyó con la retirada de 1.600 toneladas de escombros de las antiguas naves del lugar, sobre los que posteriormente se acumuló tierra, vegetación y residuos. La actuación ha dejado adecentada una superficie de 4.300 metros cuadrados, que representa poco más de la cuarta parte ocupada por el asentamiento.

Arquitectura sen Fronteiras, entidad que coordina el proyecto municipal para realojar a los 120 adultos y 38 menores que viven en este lugar, expresó ayer su confianza en que continúen los trabajos para limpiar los terrenos. "La gente está satisfecha y colaboró en los trabajos porque ve que es una cosa importante para todo el mundo", explicó Juan Aradas, miembro de la ONG, para quien los residentes en el poblado interpretaron la limpieza como un "síntoma de cambio".

Las labores desarrolladas en el poblado, para las que no fue necesaria la presencia de policías municipales, tuvieron un coste de 66.000 euros, que fueron cofinanciados por Concello y Diputación. Una intervención semejante se había realizado en el verano de 2015 en otros dos asentamientos de este tipo, los situados en O Campanario -junto a O Portiño- y As Rañas.

Mientras se espera a la realización de nuevas actuaciones en A Pasaxe, técnicos municipales y miembros de Arquitectura sen Fronteiras prosiguen trabajando con las familias que viven en el lugar para conseguir su realojamiento en viviendas. Algunas de estas personas permanecen al pie de las ruinas de la antigua fábrica de La Toja, que amenazan con desplomarse, aunque Juan Aradas considera que "más pronto que tarde habrá resultados" en el proceso para que abandonen este emplazamiento.

Para Aradas, durante los trabajos de limpieza, los trabajadores de la Concejalía de Medio Ambiente "hicieron una labor pedagógica importante", ya que informaron a los residentes sobre la necesidad de mantener limpios los terrenos y dejaron allí contenedores de obra para que depositen los neumáticos y la chatarra.

Están previstas además charlas en el poblado para informar sobre cómo manipular estos residuos, cuyo objetivo es que estas personas aprendan a desarrollar una actividad económica legalizada y que les permita tener ingresos regulares, según detalló Aradas.

Alquiler social

El plan diseñado para erradicar los tres poblados chabolistas del municipio pretende proporcionar a las familias pisos en régimen de alquiler social durante un máximo de cinco años. Los beneficiarios abonarán una renta que no podrá superar el 2% del valor de la vivienda y deberán participar en actividades de formación e inclusión social.

Las personas que soliciten los pisos no podrán tener deudas con el Concello, aunque en caso de que las tengan podrán abonarlas de forma regular junto el alquiler.