El plan para la erradicación del chabolismo vivió este jueves un punto de inflexión en A Pasaxe con el inicio de los trabajos de derribo de la antigua nave de La Toja. Las familias que en las últimas semanas abandonaron el asentamiento para permitir el trabajo de las excavadoras ya cuentan con una vivienda en la que residirán durante un máximo de cinco años. Hasta entonces, los beneficiarios no estarán solos, sino que participarán en itinerarios de inclusión social y laboral para aprender a vivir una vida digna y con independencia.

Uno de los principales ejes de actuación será el laboral. El grupo de trabajo que se encarga de desarrollar el plan -redactado por Arquitectura Sen Fronteiras- hará hincapié en "encauzar" las habilidades con que cuentan estas personas, ya sea el marisqueo o la gestión de la chatarra o cartón, con el fin de que puedan desarrollarlas de forma profesional y regularizada. "La mayoría son hombres y mujeres que tienen estudios muy básicos y sin tiempo para ponerse a hacer cursos de programación informática", indican fuentes de Arquitectos sin Fronteras.

El ejemplo a seguir es el de Mulleres Colleiteiras, el grupo de mujeres chabolistas que desde hace dos años han hecho de la recogida de aceite usado su oficio, contribuyendo a mejorar el funcionamiento de los sistemas de depuración de la ciudad. También se centrará la atención en los más jóvenes, especialmente las mujeres, muchas de las cuales quedaron desde muy pronto fuera del circuito educativo.

El grupo de trabajo, con todo, rehuirá para esta formación, salvo cuando sea imprescindible, las tediosas sesiones explicativas en un aula con sucesiones de diapositivas durante horas. "Queremos trabajar con ellos sobre el terreno, que aprendan haciendo", afirma uno de los coordinadores del plan.

Pero la formación no solo se ceñirá a lo laboral, sino también a lo sanitario -conocer más en detalle enfermedades frecuentes entre estas familias, como la diabetes- y a lo alimenticio, adquiriendo prácticas saludables para las comidas y aprendiendo a gestionar un presupuesto mensual para la compra.

Todos estos itinerarios formativos, que continúan una vez que las familias adquieren la vivienda, ya comenzaron antes de los realojos. A juicio de algunos de los coordinadores del plan, la "evidencia" de que están funcionando ha sido la ausencia de conflictos en el poblado tras la entrada de las excavadoras para tirar la nave. "Han aprendido que se tienen que marchar de ahí y que no podían continuar con una vida en esas condiciones. Pero esto es fruto de concienciación y años de trabajo", aseguran.

La participación en el Plan de acceso al hábitat digno es voluntaria y prevé dar una solución individual a cada una de las familias participantes. El procedimiento de asignación de una vivienda municipal se activa de oficio a propuesta del grupo de trabajo. Los beneficiarios de este programa tendrán que ingresar una fianza igual al importe fijado como renta mensual. Según consta en las bases, el precio será el 2% de la valoración de la vivienda y la cuantía no podrá exceder el 20% de los recursos económicos de los que disponga la unidad de convivencia y se podrá fijar en el 15% en caso de que el único ingreso que entre en esa casa sea el de la Renda de Inclusión Social de Galicia (Risga) o una ayuda similar.