Vivir en la Ciudad Vieja o en el Agra do Orzán puede ser un quebradero de cabeza si uno tiene coche y no es muy amigo de dejarlo durmiendo en la calle por la noche. La antigüedad de los inmuebles de la zona o la mala planificación urbanística de los tiempos de la dictadura explican que estos dos barrios sean las áreas de la ciudad donde más difícil es encontrar una plaza de aparcamiento en garaje. Los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) señalan que en Ciudad Vieja solo hay 2,09 espacios para estacionar los vehículos en garajes por cada 100 habitantes mientras que en el Agra esta cifra asciende a 2,29.

Como acostumbra ordenar la ley de la oferta y la demanda, la combinación de escasez y elevada necesidad hace aumentar los precios de las plazas. La solución para muchos de los residentes con coches de estas zonas se traduce en cientos de minutos perdidos al año dando vueltas por las calles del barrio a la espera de un hueco inesperado. Es el caso de Carmen, vecina de la calle Fuente Álamo, en el Agra. Tras aparcar su coche en Andrés Gaos, comenta que hoy ha tenido suerte. "En menos de cinco minutos ya he encontrado sitio. Otras veces puedo estar hasta 20 minutos dando vueltas. Si no hay nada, subo a dejarlo a La Grela", afirma, en alusión a las calles del polígono empresarial más próximas al ambulatorio de O Ventorrillo, donde suele haber sitio libre, especialmente a las noches.

Desarrollado en la década de los 60 con escasa planificación, el Agra es de largo el barrio de la ciudad con mayor densidad de población. En los tiempos en que se levantaron los primeros edificios, la mayoría de los constructores no anticiparon la necesidad de dar espacio al vehículo privado que en cuestión de décadas se iba a convertir en un producto de masas. En la zona, más allá de los pequeños garajes en los bajos de algún inmueble, son tres los parking de gran tamaño que facilitan, en el subsuelo, el estacionamiento de los vecinos: el de As Conchiñas y dos en la Ronda de Outeiro, casi contiguos.

Haz click para ampliar el gráfico

"Los precios pueden ir desde los 60 a los 90 euros al mes. Como muchos dueños de plazas los alquilan de forma un poco informal, si tienes suerte pueden encontrar a precios más baratos de lo normal", comenta el empleado de uno de los aparcamientos. El aparcamiento de As Conchiñas, inaugurado en 2015, se construyó para aliviar la ausencia de plazas. Gestionado por la Empresa Municipal de Vivienda (Emvsa) y con un total de 230 plazas de aparcamiento el coste mensual del alquiler ronda los 85 euros, si bien existe la posibilidad de comprar un plaza por un máximo de cincuenta años pagando un precio de 18.000 euros, sin IVA.

Más problema tienen aún los vecinos de la Ciudad Vieja. Con un censo registrado de 12.467 personas, los residentes apenas cuentan, de acuerdo con los datos del IGE, con 261 espacios ocupables por los vehículos. El presidente de la asociación vecinal del barrio, Pedro Roque, reconoce las dificultades de tener coche en la zona y anticipa que el problema será mayor cuando avance la peatonalización. Los precios de los tres grandes aparcamientos de la zona tienen algunos de los precios de alquiler mensual más altos de la ciudad: 155 euros O Parrote, 104 el de A Maestranza y 80 el de Marina Coruña, situado junto al dique de abrigo. "Desde la asociación trabajamos con la posibilidad de firmar un convenio con estos aparcamientos para que, al menos unos 300 vecinos, podamos alquilar la plaza a un precio más económico", señala Roque.

En el ecuador de la clasificación se encuentra Monte Alto. En el barrio viven 30.145 residentes, para los que apenas existen 2.078 plazas de garaje, lo que hace una ratio de 6,9 plazas por cada 100 vecinos. Las condiciones geológicas de la zona -el barrio se asienta sobre un territorio muy rocoso- hizo y hace todavía hoy muy costosa la construcción de aparcamientos bajo tierra. A pesar de que en la zona existen grandes garajes, como el del Papagayo, o el subterráneo bajo el mercado, los residentes se quejan del elevado precio de la zona. Otros, para evitar los costes, reconocen que estacionan de madrugada sus vehículos en los pasos de peatones, a sabiendas de que lo retirarán a primera hora de la mañana para ir a su puesto de trabajo.

Jesús Caridad aparcaba hasta hace años su coche en el paseo marítimo, en el tramo que va desde la antigua Comandancia de Obras hasta las inmediaciones del cementerio de San Amaro. Desde hace meses, sin embargo, tiene una plaza en el garaje de uno de los nuevos edificios construidos en Adelaida Muro, por la que paga 70 euros. "No es mucho para lo que hay en la zona".

Algunos residentes, especialmente en el entorno de la calle de la Torre, ven con preocupación los planes del Gobierno local de peatonalizar algunas de las calles de la zona, en el que se ha dado a conocer como Camiño do Vixía. Otros, ante la falta de estacionamiento en la zona, aprovechan parkings próximos, como el de A Maestranza, para mantener el coche a buen recaudo. "El precio es alto, pero uno duerme más tranquilo así", comenta Antonio Lizancos, vecino de As Atochas que optó por la opción del parking después de que le robasen la antena de su vehículo en varias ocasiones.

En el lado opuesto de este ranking del aparcamiento se encuentra el distrito 10, que incluye la zona de O Ventorrillo y Bens. "Aquí, cuando se diseñó el barrio de O Ventorrillo, ya se hizo pensando en los coches, y prácticamente todos los edificios cuentan con plaza", comenta uno de los vecinos mientras sale de aparcar su mono volumen en su plaza privada bajo tierra. A pesar de que esta zona cuenta según el censo con poco más de 8.902 vecinos, el número de espacios en parking o garaje asciende a 1.413, lo que supone una ratio de 12,8 huecos por cada 100 censados. El siguiente con más plazas es el distrito 5, uno de los más amplios de A Coruña y que abarca desde Riazor hasta el entorno de Labañou y Os Rosales.