Es famoso, y muy vilipendiado, el gigantesco oso verde que adorna una glorieta en Boadilla del Monte en Madrid. En A Coruña alguien decidió que la rotonda de entrada a la calle Orillamar quedaba escasamente decorada con solo una señal viaria. En la medianoche del martes al miércoles apareció en medio de la glorieta un gigantesco oso de peluche. Su presencia sorprendió a peatones y conductores. El secreto no tardó en conocerse: una mujer llevaba el peluche a la basura y, al verla, unos jóvenes se lo pidieron, estuvieron tomando algo con él en un local de Orillamar y, al salir, decidieron dejarlo en la rotonda.