Una mujer fue condenada por fingir un desmayo en El Corte Inglés de la calle Ramón y Cajal para que su pareja huyese con las tres consolas que habían sustraído. La procesada, con antecedentes penales, al igual que su compañero sentimental, urdieron un plan para apoderarse de una Nintendo y dos Play Station. Así, accedieron al centro comercial entre las siete y media y las ocho de la tarde del 3 de enero de 2013 y consiguieron robar las consolas de las estanterías en las que estaban a la venta.

Para que el sospechoso pudiese abandonar el establecimiento cargado con el botín decidieron que la acusada se encargase de despistar a los vigilantes de seguridad. La mujer, cuando estaban llegando a la puerta, fingió un desmayo, lo que atrajo la atención de los guardas. Su compañero sentimental consiguió huir con los objetos hurtados, valorados en 699 euros. Los abogados de los imputados intentaron invalidar la prueba del vídeo de seguridad que aportó la acusación, pero el magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña tuvo en cuenta la grabación. En las imágenes se aprecia a la pareja en la zona de las consolas. El hombre las introduce en una bolsa "de grandes dimensiones", mientras ella permanece vigilante. Después, el procesado abandona El Corte Inglés aprovechando que su cómplice despista a los vigilantes de seguridad con un falso desmayo.

El juez sentenció a la sospechosa como autora de un delito de hurto a nueve meses de prisión. Tuvo en cuenta la agravante de reincidencia, pues ya fue condenada por cometer hechos similares, y la de reparación del daño porque los hechos sucedieron en 2013 y el procedimiento judicial se retrasó por causas ajenas a ella. Su compañero sentimental fue penado con siete meses de cárcel por el mismo delito. Además, los condenados deberán indemnizar a El Corte Inglés con la cuantía que se determine en ejecución de sentencia.

Depósito municipal

Un delincuente con numerosos antecedentes penales fue sentenciado por intentar robar en los talleres municipales, situados en la calle Newton, en A Grela. El procesado, que fue castigado con cuatro meses de prisión, reconoció que sobre las 18.30 horas del 1 de agosto de 2013 trepó por un muro de dos metros y, una vez en el interior del recinto, arrastró el contenedor en el que estaban almacenados restos de farolas y chatarra hasta el pie de la pared. Una vez allí, comenzó a arrojar el material hacia afuera, donde disponía de otro contenedor para sustraerlo. El ladrón fue sorprendido por el encargado de los talleres, quien alertó a la policía.