La desapacible tarde de ayer, con momentos de fuerte viento, despeinó cabellos y agitó toldos en las calles. Otra consecuencia de la furia ocasional del viento, especialmente incómodo en espacios abiertos y en zonas donde se juntan corrientes, fue la desviación del curso normal de las dinámicas y movimientos habituales, como ocurrió en una zona ajardinada privada frente al Colegio Salesianos donde el riego de los aspersores salpicó a los viandantes que caminaban junto al área verde y dejó sin mojar aquello que debía haber hecho, el césped. Efectos de la fuerza caprichosa del viento.