Una pareja fue condenada por robar en un bazar chino de Monte Alto en noviembre de 2014 y propinarle una paliza al propietario cuando fue descubierta. La víctima quedó casi inconsciente como consecuencia de los golpes que la procesada le asestó en la cabeza con un casco de moto. Los imputados reconocieron los hechos ayer ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña, por lo que aceptaron que no se celebrase el juicio y que les impusiese 21 y 17 meses de prisión, respectivamente.

La Fiscalía demandaba en su escrito de calificación que uno de ellos fuese sentenciado a cuatro años y, el otro, a dos años y siete meses de cárcel, pero ayer aceptó la rebaja de las penas porque tuvo en cuenta las atenuantes de reparación del daño, pues indemnizaron a la víctima por los daños que sufrió, los objetos que le sustrajeron y los desperfectos que causaron en el local, y la de dilaciones indebidas, ya que el proceso judicial se retrasó por causas ajenas a ellos.

La procesada admitió que el 20 de noviembre de 2014 accedió al establecimiento, situado en la calle Monte Alto, sobre las diez y media de la mañana, y se apoderó de cuatro taladros pequeños valorados en 209,80 euros. La ladrona no se percató de que el negocio tenía instaladas cámaras de seguridad y que estaba siendo grabada. El dueño visualizó las imágenes y, al día siguiente, cuando la acusada regresó al establecimiento, la reconoció. El hombre decidió seguir sus pasos sin ser visto y observó que la mujer cogía unas herramientas y las introducía en su bolso. Cuando pasó por caja para pagar un par de calcetines, le requirió que abonase los artículos que había escondido, ante lo que se alteró y trató de abandonar la tienda. El dueño del bazar le agarró el bolso, por lo que comenzó a gritar.

El otro condenado, que estaba fuera haciendo labores de vigilancia, acudió a auxiliarla. Agarró por el cuello al propietario del negocio y lo sacó al exterior, donde lo tiró al suelo y le propinó puñetazos. En ese momento se acercó la imputada y le golpeó en la cabeza con un casco de moto, dejándolo casi inconsciente. Ambos abandonaron el negocio con las herramientas robadas, tasadas en 60 euros.