Aterrizó hace 12 años en Madrid con su álbum Charly en La Habana, y ahora, como parte del Ciclo 1906, viene a A Coruña para recuperar varios de aquellos temas del pasado. El reconocido trompetista cubano Carlos Sarduy, cuya música ha formado parte de la banda sonora de películas como La piel que habito, llega esta noche a las 22.00 horas junto a un cuarteto de saxo, piano, bajo y batería al Jazz Filloa, en el que interpretará sus populares ritmos afrocubanos. Las melodías que tocaba en su trabajo de 2005, y que sonarán por primera vez en un escenario de España, las acompañará el jazzista de varias de las canciones de su próximo lanzamiento, un disco con nuevos temas con los que sorprenderá este mismo año.

- Lo definen como el mejor trompetista de Cuba. ¿Cómo llega uno a esa calificación?

-Ay, Dios mío [se ríe], el mejor no. Hay muchos trompetistas en Cuba que son buenísimos y, en esto de la música, de mejor no hay nada. Yo simplemente estuve tocando mucho tiempo con orquestas y grupos. Toqué mucho allá con músicos de primer nivel y grabé varios discos antes de venirme.

- ¿Siempre supo que quería ser músico?

-La verdad es que no recuerdo cuando empecé a tocar la trompeta. Mi papá es trompetista, y creo que el chupete mío era la boquilla. No fue una decisión, sino algo natural. Cuando tenía 7 u 8 años ya estaba encima del escenario y lo disfrutaba mucho.

- Empezó en agrupaciones de música afrocubana, ¿cómo acabó en el mundo del jazz?

-La primera vez que improvisé tenía unos 8 años, y precisamente estaba en una de esas orquestas. Después entré en la escuela y a los 16 gané un concurso de mi país, Jojazz. Fue algo muy grande que me animó a seguir metiéndome en el mundo del jazz, sobre todo porque participaban muchachos de hasta 30 años.

- Poco después llegó a España con Charly en la Habana . ¿Influyó la salida de su país a su forma de interpretar?

-Sí, siempre me he fijado en la música de raíz y he tratado de llevarla al modo en el que toco. Cuando llegué a España empecé a actuar con muchos músicos flamencos, y creo que eso ha enriquecido mis horizontes y mi manera de expresar la música.

- ¿Es distinta la música realizada por los cubanos emigrados a la hecha por los cubanos de la isla?

-Los músicos cubanos que han venido a vivir aquí tienen una sensibilidad especial y han dado lugar a una generación cubana flamenca. Pero también ocurre con los músicos de la isla que se han juntado con algún músico americano y han compartido cosas.

- La mayoría con un reconocimiento internacional.

-Es que Cuba es una de las potencias de la música, ha puesto a bailar al mundo [se ríe].

- De allí salió usted y su trompeta, ¿qué es lo más importante que ha logrado con ella?

-La trompeta me ha dado alas para recorrer el mundo. Es mi forma de vida, como parte de mi familia, y me ha permitido llevar la música cubana por todos los sitios a los que he ido.