El velero Astral, protagonista del documental de Jordi Évole sobre el drama en el Mediterráneo, rescató en cuatro meses de 2016 a 15.000 personas y otras 5.000 en lo que va de 2017. Pero este barco de la ONG ProActiva Open Arms no está para trabajar en invierno ni con mala mar. La entidad necesitaba otra embarcación y apareció el Idiazálbal Tres, un remolcador de más de 40 años con base en A Coruña. Fue donado por la armadora vasca y, tras su rehabilitación entre Burela y A Coruña y bautizado como Open Arms, partirá de los muelles coruñeses para unirse, ya este fin de semana, a la flota de rescate de la ONG, que funciona con donaciones de particulares. Su fundador, Óscar Camps, explica qué hará en la frontera más trágica del planeta. Esta tarde, a las 19.30 horas, impartirá una conferencia en el salón de actos de la Autoridad Portuaria.

- El Open Arms se unirá a vuestra flota en el Mediterráneo Central. Estáis vosotros, otras ONG... ¿y medios oficiales?

-Muy pocos, por no decir que solo la guardia costera italiana. Y de vez en cuando aparece un barco de Frontex, que es la policía de fronteras europea. Pero de vez en cuando, hace semanas que no lo vemos.

- ¿Cómo está la situación sobre el terreno ahora mismo?

-Libia es un país sin gobierno, hay tres facciones armadas luchando por el control. Europa lo que está haciendo es, a través de Italia, negociar con uno de estos grupos, entrenarlo y regalarle barcas y armas para que retengan a las personas que intenta huir, pero sin ningún tipo de garantía de derechos humanos. Las fronteras de Libia son muy permeables para entrar pero solo se puede salir por mar a través de mafias. Actualmente las personas subsaharianas que entran en Libia se convierten en esclavos. Son retenidos, los hacen trabajar por alimentarse y las mujeres sufren violencia sexual. La mayoría vienen violadas sistemáticamente y embarazadas el 97%.

- Y se lanzan al mar.

-Porque es un infierno, porque no tienen comida, están esclavizados, porque están en guerra y les disparan en la calle. Las mafias a veces los matan en la playa porque no les caben en las barcas. Esto está existiendo, está denunciado. Han entrado en Libia porque querían buscar trabajo, porque huyen de la persecución de Boko Haram, o del Estado Islámico o de los conflictos en su país o de la miseria. La única vía que hay ahora es Libia. Y como no tiene gobierno, las mafias campan a sus anchas y les venden unos viajes muy bonitos, en los pueblos de Nigeria, Costa de Marfil, Ghana... como si fuesen turoperadores. No les cuentan que pueden morir en el desierto o que morirán en el mar. Porque, cuando los lanzan al mar, no les dan garantías, ni siquiera tienen gasolina para llegar a tierra, nunca llegarán a tierra, jamás. A no ser que alguien les recoja.

- ¿Son reales las cifras de muertos oficiales?

-Muchos más. Cada dos semanas nosotros cambiamos de misión y en cada misión hay barcos desaparecidos y son mínimo 120 personas, mínimo. Y si no hay cuerpos, la administración no los cuenta.

- ¿Y tras el rescate?

-Les rescatamos, les alimentamos les hacemos un seguimiento médico durante todo el camino, hacemos todo lo que podemos y les dejamos en tierra donde el Ministerio de Interior italiano los ordena. No trabajamos por nuestra cuenta, las ONG siempre están coordinadas por la guardia costera italiana, que nos dicen a dónde tenemos qué ir y qué que hacer. Somos un apoyo porque Italia no daba abasto. Una vez llegan a tierra, igual que en España, los llevan a un centro de retención, y la mayoría serán deportados. Posiblemente a Nigeria, porque Europa tiene un acuerdo con Nigeria, que recibe dinero de la UE. Esa es la política de la Unión Europea, externalizar las fronteras, pagar a países, como hace con Turquía, Libia, Marruecos?

- Y cerrar los ojos...

-Este es el resultado de décadas de expoliación y de conflictos geopolíticos por la energía, les hemos sacado todo, les hemos puesto gobiernos títeres, les hemos vendido armas, hemos fomentado conflictos? Ahora mismo en Yemen tenemos un bloqueo durísimo por parte de Inglaterra y Arabia Saudí, que está haciendo que la epidemia de cólera avance y que el hambre también. Y ahora mismo estamos fabricando millones de refugiados que dentro de unos años saldrán de allí, cruzarán los mares y diremos que son migrantes económicos, que son ilegales. Estamos vendiéndole a Arabia Saudí armas, España incluida. Participamos en esos conflictos, vendemos armas... pero después no queremos participar en sus consecuencias.