El acuerdo alcanzado ayer entre los trabajadores y las empresas de la estiba en los puertos españoles para poner fin a los paros que se realizaban en las últimas semanas puede finalmente permitir el reinicio de las negociaciones entre Ayuntamiento y Puertos del Estado sobre el futuro de los muelles coruñeses que pierdan actividad con la entrada en servicio de la dársena exterior. El conflicto laboral con los estibadores fue la excusa utilizada para que desde el pasado 27 de enero se suspendiese en tres ocasiones la visita a la ciudad del presidente del organismo estatal, José Llorca.

"Ya es hora de darle hacia adelante", manifestó ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, sobre la negociación paralizada por la agenda de Llorca. El regidor consideró que en el Foro Radio Coruña realizado el miércoles sobre el destino de los muelles se pudo "visibilizar el interés que el asunto está despertando en la ciudad", por lo que cree que "es hora de retomar esas conversaciones" y que no se puede "estar esperando mucho más".

Mientras se está a la espera del regreso de Llorca, el tiempo ha ido transcurriendo en contra de las posibilidades de un acuerdo que evite el problema más candente en este momento: la subasta del complejo deportivo La Solana. La Autoridad Portuaria suspendió el 23 de febrero esa operación a la espera de alcanzar un pacto con el Concello, pero lo hizo solo por un periodo de seis meses, del cual ya solo quedan dos debido a la demora de la reunión con Llorca.

El Gobierno local mantiene su oferta de 1,4 millones de euros por La Solana, aunque el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, aclaró el miércoles que el objetivo de esa iniciativa fue impedir que la instalación fuera privatizada y que no renuncia a que sea incluida en la negociación sobre todos los terrenos portuarios que quedarán liberados. Pero sobre los deseos municipales se cierne la amenaza de la reapertura de la subasta, en la que el actual arrendatario de La Solana y el hotel Finisterre se comprometió a plantear una oferta de 10 millones de euros por ambos recintos en caso de que la operación vuelva a ponerse en marcha.

El Gobierno local, durante la paralización de la negociación, ha elaborado una primera propuesta de usos para los muelles que consiste en la construcción de un equipamiento público con zonas verdes en la Batería y Calvo Sotelo y en la creación del "distrito del mar" en San Diego, donde se asentarían actividades empresariales relacionadas con este sector. En cuanto a la vía para establecer la colaboración, el Concello plantea la constitución de un consorcio en el que participen las administraciones implicadas, aunque bajo la premisa de que "nadie quiere una fórmula de incorporación de esos terrenos a la ciudad fuera de escala y fuera de la época", según advirtió ayer Ferreiro sobre la posible venta de los muelles.