Como responsable del centro de formación Aula Nosa, dedicado a la recuperación de puntos del carné de conducir, Manuel Maceiras tiene una amplia experiencia sobre las conductas inadecuadas que derivan en accidentes de tráfico.

- ¿Por qué la distracción es la principal causa de accidentes?

-En los últimos años el uso de teléfonos móviles y GPS es frecuente causa de distracción, no solo de los conductores, sino también de los peatones, que no se dan cuenta de si irrumpen en la calzada. Los conductores no perciben el peligro, pese a que se castiga con tres puntos del carné y 200 euros de multa. Cuando vienen a recuperar puntos al centro piensan que se les penaliza solo por recaudar, pero si el conductor no percibe que el uso del móvil es peligroso no va a modificar su conducta, por lo que debería educarse a la gente para que viera que un segundo de distracción con el móvil supone recorrer diez o veinte metros sin prestar atención a la conducción, lo que puede implicar un atropello o una colisión.

- ¿Se baja la alerta en la ciudad al ser recorridos habituales?

-Cuando se trata de trayectos conocidos no le prestamos la atención adecuada. Eso lo hacemos cuando vamos por sitios que no conocemos, pero en terreno conocido bajamos nuestro nivel de alerta. Incluso el manos libres del móvil es peligroso, porque te centras en la conversación y llevas en las manos un vehículo de motor que necesita una atención constante. Y muchos van escribiendo y llevan el móvil para que no les multen, pero con la cabeza baja, lo que es tremendo. Hay que tener en cuenta que cuando se está al volante lo más importante es tu vida y la vida de los demás.

- Pero quien comete esas infracciones nunca piensa en eso.

-Porque no percibe que le pueda pasar algo, a pesar de que ocurre continuamente. En carreteras, el accidente más frecuente es ya la salida de la vía, el llamado accidente solitario, que seguramente muchas veces se produce por conducir con el móvil. Con los ciclistas sucede con frecuencia porque al ir ellos más lento les arrollan al conducir distraídos.

- La segunda causa de siniestros es la desobediencia de señales de tráfico. ¿Cuáles son las más ignoradas?

-Imagino que entre ellas se encontrarán los semáforos y las señales de limitación de velocidad. En el último caso es muy difícil de concienciar a la gente porque no ve la diferencia que supone. Aunque en ciudad la máxima es de 50 por hora, muchos van a 70 porque esos veinte kilómetros es el límite para que no se quiten puntos. Pero hay que tener en cuenta que en un atropello hasta 50 por hora la posibilidad de muerte del peatón es de un 30%, pero a 70 sube hasta el 90%, por lo que lo normal es que se muera. Una colisión con un muro a 50 por hora es como caer de un tercer piso, pero a 70 es como de un sexto. En Pontevedra la mayoría de las calles están limitadas a 30 por hora y en las que se puede superar esa velocidad los pasos de cebra están elevados sobre la calzada, por lo que hace años que no hay muertes de peatones. Con los semáforos, los conductores aceleran cuando se ponen en ámbar, cuando en realidad deben frenar porque se va a poner en rojo. No se dan cuenta de que del otro lado otra persona puede actuar del mismo modo y que choquen los dos en el cruce.

- A pesar de los continuos controles y sanciones, además de las campañas de sensibilización, hay conductores que siguen bebiendo. ¿Cómo es posible?

-Porque tampoco perciben un peligro en tomarse varios vinos. En los centros de recuperación de puntos vemos gente que no se da cuenta de que es alcohólica, y cada vez más joven, entre los treinta y los cuarenta años. Y también adictos a las drogas.

- ¿Se ven con mayor frecuencia los casos de consumo de drogas al volante?

-Sí, y eso que se hacen poquísimos controles, ya que se realizan de forma muy selectiva porque son muy costosos y las pruebas tienen que llevarse a Barcelona. Pero los pocos que se hacen dan resultado positivo, ya que a los conductores se les nota que tienen los ojos resecos. Hay mucha gente fumando porros y tomando cocaína, por lo que junto con el consumo de alcohol es el problema más importante.

- Pero incluso con el carné retirado, estas personas siguen conduciendo.

-Hay gente que va a juicio, le quitan el carné un año y sigue cogiendo el coche. El problema es que si le hacen una prueba de alcoholemia y no da positivo, no le piden el carné y entonces no se comprueba que se lo han retirado o está sin puntos. A pesar de todo, se ha mejorado con respecto al año 2006, cuando entró en vigor el carné por puntos, ya que entonces había muchísimo condenados por conducir bebidos. Ahora hay muchas personas que dejan el coche en casa o en el bar cuando ven que han bebido, y además hay quien se lo recrimina si intenta cogerlo en esas condiciones.