No todos los días el Deportivo juega en un estadio como el del Oporto, lo que animó a muchos aficionados coruñeses a desplazarse, ya con las entradas compradas. Pero al llegar a las inmediaciones del campo, un grupo de ellos se topó con la presencia de ultras del equipo portugués, que comenzaron a perseguirles y amenazarles, lo que les llevó a refugiarse en la pescadería del centro comercial anexo al estadio. Los ultras les ordenaron que se tapasen las camisetas deportivistas, pero ellos decidieron llamar a la policía, que les acompañó a un coche para escapar, aunque perdiendo lo que habían pagado por las entradas.