Un acontecimiento de la magnitud de la pérdida de una inversión de 58 millones de euros y de una concesión de terrenos de 30.000 metros cuadrados de extensión hace pensar que sería motivo al menos de un mínimo análisis por parte del organismo afectado. Pero la sesión del consejo de administración de la Autoridad Portuaria que se desarrolló ayer no abordó la renuncia del grupo Pemex a la solicitud para instalarse en el puerto exterior que había presentado en 2012, a pesar de que en la nota de prensa enviada por la institución se menciona que el presidente, Enrique Losada, "informó" sobre este asunto.

Así lo confirmaron varios participantes en la reunión, primera que realizaba el órgano de gobierno del Puerto tras conocerse la decisión de la empresa mexicana, por lo que cabía esperar que Losada explicase las consecuencias de este importante revés para el futuro de punta Langosteira. Pero si el presidente de la Autoridad Portuaria ha evitado en los últimos días efectuar declaraciones sobre este asunto, también ayer eludió hacer referencias al mismo ante sus consejeros. En el informe de gestión que acompañaba la convocatoria, Losada mencionaba la renuncia de Pemex.

Incluso el comunicado remitido sobre la reunión tan solo menciona de pasada la renuncia de Pemex, sin concretar sus consecuencias para punta Langosteira, ya que se centra en la licitación de las obras para ampliar el muelle del puerto exterior, y dedica más espacio al proyecto de otra empresa para instalarse en esa dársena. Según el Puerto, "se siguen dando pasos" en la iniciativa para la terminal de hidrocarburos de Deep Water Oil Transhipment Hub, aunque la única novedad es que terminó el plazo de información pública del proyecto, durante el que Repsol exigió que no afecte al que tiene ella para Langosteira, que en un principio ocupará 30.000 metros cuadrados y podrá extenderse por otros 285.000.

Una vez que ha concluido este trámite, deberá iniciarse el de evaluación ambiental de la actuación con el fin de obtener la autorización de actividad, que, según la Autoridad Portuaria, dará comienzo en 2019. Pero para esa fecha todavía faltan dos años y los datos que se conocen sobre el proyecto son muy escasos, ya que la empresa ha sido creada de forma específica para acometerlo y operar en el sector de la distribución y almacenamiento de combustibles.

La experiencia del caso Pemex, una gigantesca corporación industrial con un respaldo pleno del Estado mexicano, que decidió dar marcha atrás en sus planes para Langosteira, aconseja la prudencia al analizar la repercusión del proyecto de Deep Water. El grupo mexicano no es el único que ha dado la espantada en el puerto exterior, donde Beijing 3E, una empresa china que en 2012 también anunció su voluntad de instalarse con una planta de reciclaje de aceites, aunque cinco años más tarde nadie apuesta porque la iniciativa siga en pie.

El consejo de administración del Puerto acordó la licitación de la construcción en la dársena exterior de un nuevo muelle de 350 metros de longitud, que unirá los ya existentes, por lo que la línea de atraque alcanzará los 1.550 metros. Las obras salen a concurso con un presupuesto de 24,4 millones de euros e incluyen también la ampliación del calado en el canal de acceso a Langosteira hasta alcanzar los 28 metros. La Autoridad Portuaria explica que con esta medida será posible la entrada de los mercantes de mayor tamaño existentes en el mundo y que los trabajos estarán terminados en 2019.

Este asunto fue votado por los consejeros del organismo, entre ellos el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, que representa al Concello y que respaldó la licitación con el fin de favorecer el desarrollo del puerto exterior. Pero el edil expresó su extrañeza por el hecho de que el incremento del calado de la dársena se lleve a cabo en este momento, cuando la construcción de estas instalaciones se inició en 2005. También advirtió Varela de que, a su juicio, el coste de los trabajos llegará hasta los 30 millones de euros y que, además, no podrán ser subvencionados por la Unión Europea, por lo que su coste tendrá que ser asumido íntegramente por la Autoridad Portuaria, que soporta una elevada deuda a causa del puerto exterior.

Otro asunto abordado en el consejo de administración del Puerto fue la entrada el viernes en punta Langosteira del mercante Njord Cloud, un buque que transporta productos químicos que sufrió una avería cerca de la costa gallega y eligió esta dársena para efectuar la reparación necesaria. Se trata del segundo caso de un navío que opta por este puerto para refugiarse, ya que en diciembre el petrolero Max Jacob arribó a Langosteira con 150.000 toneladas de fuel. Para Enrique Losada, estos hechos reflejan "la buena respuesta" que ofrece el puerto exterior ante las dificultades sufridas por barcos que naveguen en las proximidades.