Ralph Meyer es el padre del enterrador, Undertaker, una de las obras más conocidas dentro del mundo del cómic en Europa. El francés, que cuenta con el premio St.Michel al mejor dibujante, forma parte del elenco de invitados a Viñetas y abrió ayer la primera rueda de prensa de la XX edición junto a Kiko da Silva y Dave Mckean.

- Está trabajando en el tercer tomo de Undertaker, ¿qué significa este personaje para usted y qué cree que representa para el público?

-Para mí, el personaje es meramente un vector para contar esa historia, lo que realmente importa es la historia en sí misma. Por ejemplo, con el primer díptico de Undertaker, este propietario de mina de oro quiere ser enterrado con todo su oro mientras que tiene una serie de obreros que están muriendo de hambre. Buscamos plantear lo que es legal y lo que es moral, ya que es perfectamente legal que ese hombre se entierre con todo su oro, pero ¿es éticamente justo que los obreros que pueden aprovechar ese oro para construir una vida mejor no lo hagan? Lo que se busca con la historia es que el lector se haga esta pregunta.

- ¿En qué se diferencia la creación de un wéstern, como Undertaker , al resto de géneros? ¿Se ha encontrado con alguna dificultad?

-El género en sí es gráficamente el desafío. El wéstern es muy interesante porque tienes un número de personajes reducidos, eso hace que haya pocas interferencias externas en la historia, tampoco tiene muchos efectos especiales, y es muy agradable dibujar todos los decorados que implica, dibujar caballos por ejemplo, que es difícil y agradable a la vez. El desafío es darle forma a todo lo que engloba una historia tan intensa como suelen ser los wésterns.

- ¿Hay diferencias entre el wéstern de un cómic y la adaptación cinematográfica del género?

-La calidad de las historias suele ser la misma en un medio y en el otro. El medio es lo que cambia realmente, cada uno ofrece posibilidades distintas, pero la fuerza de las historias sigue siendo la misma. Ahí es donde reside la fuerza del género.

- ¿Cambia su estilo artístico en función del cómic que esté realizando?

-Siempre intento adaptar mi manera de dibujar al tipo de historias que me toca contar. El apartado gráfico se tiene que adecuar siempre a la historia. En los diferentes trabajos que he hecho siempre intento adaptar mis gráficos al guión lo máximo posible. En mi trabajo Page Noir, por ejemplo, cohabitan dos estilos gráficos en la misma obra, porque así me lo pedía la historia. Es fundamental que lo gráfico acompañe al distinto universo que se crea en cada cómic.

- ¿Alguna vez ha pensado que ese cambio de estilo podría ser mal recibido por el público o la crítica?

-Sin duda. Pero es algo lógico y normal. Hay gente que te va a seguir en una serie por que les gusta el estilo artístico que usas en esa historia. Cuando cambias y vas en otra dirección con otra obra nueva, esa gente que te seguía puede que deje de hacerlo porque ya no le gusta la historia, o como adaptas tu estilo para contarla, pero habrá personas nuevas a las que sí les gustará ese nuevo estilo. Así que los cambios están siempre bien. Lo que de verdad importa es estar a gusto con lo que haces y hacerlo siempre con honestidad y pasión.