El primer cuatrienio de vigencia del plan general de ordenación municipal (PGOM), de 2013 a 2016, recoge un listado de actuaciones urbanísticas, ambientales y de movilidad entre las que se incluyen los corredores verdes, cinco de naturaleza territorial costera y otros cinco interior. Más de cuatro años después de la aprobación definitiva del documento urbanístico por el Gobierno local del Partido Popular no se ha creado ninguna de estas franjas que enlazan espacios abiertos y áreas verdes dentro del casco urbano con las que se mejoran las condiciones generales de movilidad y se conectan los principales equipamientos de la ciudad.

Los diez corredores verdes que tienen en el plan general un plazo de ejecución previsto de cuatro años son considerados "singulares" y se localizan en el borde costero o alejados del centro. Hay otros 26 corredores "urbanos" en barrios y zonas más céntricas para los que se señala un periodo más largo, de ocho años, hasta 2020.

Cinco tramos del paseo marítimo entre el límite territorial con Arteixo y la ría coruñesa en A Pasaxe son los corredores territoriales costeros, que según calcula el PGOM tendrían un coste de 14,5 millones de euros. Las últimas actuaciones urbanísticas realizadas en estos tramos datan de antes de la aprobación final del plan general, como la senda entre O Portiño y Bens, o se desarrollaron en los últimos cuatro años como actuaciones integradas en proyectos de envergadura o como reformas de infraestructuras existentes; la renovación de la superficie de la Marina a raíz de la creación del túnel en la zona o los arreglos en distintas partes del paseo entre el Playa Club y el hotel Meliá María Pita son dos ejemplos.

Tres de los corredores territoriales interiores, que requerirían de una inversión de 6,6 millones, dibujan un semicírculo en el mapa urbano. Van desde el barrio de Os Rosales hasta la avenida de Oza pasando por Bens, A Grela, ronda de Outeiro y O Castrillón. En estas franjas tampoco se han realizado transformaciones urbanísticas en las que predominase el transporte público y la vegetación ni importantes reurbanizaciones necesarias para la creación de una arteria verde que favorezca el tránsito peatonal y ciclista, sino otros trabajos ordinarios o con más afección en su entorno, como los vinculadas a la tercera ronda.

Hay otros dos corredores verdes en el planeamiento con un plazo de ejecución calculado de cuatro años, el llamado Camino de Santiago, que nace en el casco histórico pasa por Linares Rivas y Cuatro Caminos y sale de la ciudad por Eirís, y otra arteria entre la universidad y Feáns, afectada en los últimos años por diversas actuaciones relacionadas con la tercera ronda. La inversión prevista para cada uno es de 5,3 y 1,6 millones de euros, respectivamente.

El autor del PGOM, el arquitecto Joan Busquets, trazaba en el documento 26 corredores urbanos con un plazo de ejecución de ocho a diez años como máximo, entre los que señalaba como prioritarios el de la calle Compostela (desde la glorieta del Palacio de la Ópera hasta la Avenida do Porto), el que va de la plaza de Ourense al paseo marítimo, el de la calle de Chile hasta A Gaiteira y el de la avenida de Navarra hasta el Rectorado (que discurriría en parte por el de Orillamar). Busquets sugería que se trabajase con más antelación en un corredor costero en los primeros cuatro años.

Antes de que el PGOM incluyese los corredores verdes como actuaciones estratégicas para los años siguientes, el Gobierno local del bipartito había ensayado la creación de estas arterias de comunicación entre zonas verdes en la calle Orillamar, donde se dispuso de más acera, árboles y espacio para ciclistas, se quitaron plazas de aparcamiento y se apostó por menos circulación y más lenta. El PSOE defendía entonces la inversión en corredores verdes frente a las quejas vecinales por las molestias que causaban las obras, mientras que el PP los cuestionaba por la falta de consenso con los vecinos.

Otras actuaciones recogidas en el plan afectan a los tramos del tranvía turístico en el paseo marítimo, que no se han llevado a cabo. El Gobierno local, durante el mandato del Partido Popular, paralizó el funcionamiento del tranvía pero mantuvo la previsión de mejora en el PGOM para convertirlo en un medio de transporte más allá del turismo.