En la calle Marqués de Pontejos las opiniones sobre su posible peatonalización se muestran divididas. Los vecinos, comerciantes y placeros del mercado de San Agustín consultados ayer por este diario se manifiestan contrarios a la restricción del tráfico en esta vía, en la línea del posicionamiento de las asociaciones de placeras y comerciantes, o a favor por igual. Al conocer el rechazo de las asociaciones, el Ayuntamiento ha aceptado posponer la peatonalización, prevista para final de año, hasta la apertura del acceso directo entre San Agustín y Panaderas, previsto en el plan urbanístico de la Ciudad Vieja y sin fecha concreta de ejecución. Su proyecto pasa por que solo circulen por Pontejos los residentes, los servicios de carga y descarga, y el transporte público.

Desde uno de los establecimientos de la zona, la regidora de Frutas Sandra se muestra conforme ante la posible peatonalización de la calle y explica que, ante su local, "los camiones y coches están continuamente al pie del puesto y es un peligro". La dependiente tiene claro que "a un local no le beneficia tener un coche delante" y que, con la medida, toda esta conflictividad entre peatones, tenderos, repartidores y coches, desaparecería.

En la chocolatería Pontejos optan por esperar, comprobar el resultado y, después, opinar. Además, la propietaria defiende las alternativas para llegar en coche hasta esta vía, ya que "hay calles paralelas que se pueden utilizar sin ningún problema y dan al mismo sitio".

Sin embargo, en Palacio del Mueble, Ricardo Vázquez cree que es mejor "dejar las cosas tal y como están por el bien de los comercios", ya que en la calle Barcelona, peatonal desde los años 90, "quitaron el tráfico y, desde entonces, la mitad de los comercios se marcharon". Achaca la iniciativa al interés político y "al poco apoyo que recibe el comercio local, invadido por Marineda". El aparcamiento es también un debate constante en Pontejos, donde la zona ORA solo permite estacionar un máximo de veinte minutos. "En Ikea, los clientes no tienen problemas para aparcar y aquí sí, por lo que ya sabemos lo que decidirán", añade Ricardo Vázquez.

Isabel Carrasco es una vecina del barrio que cree que la peatonalización de Pontejos es buena idea porque "no es una zona ancha y la convivencia con los coches es imposible". Otro vecino que prefiere no dar su nombre por evitar confrontamientos con el resto de propietarios, argumenta que la peatonalización "no es lo que necesita la calle, porque todo lo peatonal está muerto. Hay que pensar en la parte económica y no solo en lo estético". Otra vecina, que tampoco quiere desvelar su identidad, declara que "son los comerciantes los que deben decidir porque son los que viven del negocio" y asume que, en esto, los vecinos no deben intervenir.

Dentro del mercado de San Agustín, que conecta directamente con Pontejos, también tienen mucho que decir sobre el tema. La presidenta de la Asociación de Autónomos del mercado, una de las dos entidades que agrupa a profesionales de San Agustín, traslada el malestar general, dice, de las placeras ante la posible peatonalización. Sandra Fernández Catoira alega que, sin los coches, la plaza cerraría porque muchos de los clientes cargan la compra en los vehículos y vienen desde distintas zonas de A Coruña. Su opinión la secundan las placeras consultadas, que coinciden al destacar que "peatonalizar una calle más implica que mucha gente no pueda llegar hasta la plaza y, por lo tanto, que deje de comprar en la plaza". Tras la peatonalización de Pontejos, se podrá llegar hasta el mercado en coche a través de As Atochas y la cuesta de San Agustín.