Esta autora ibicenca ha saltado al mercado americano y ahora forma parte de la editorial Marvel. Ha transformado el mítico personaje de la editorial, Dinosaurio Diablo, en la serie Moon Girl y el Dinosaurio Diabólico, protagonizada por una niña superdotada y afroamericana, donde deja claro que sí hay sitio para las superheroínas en el cómic. La historia narra las aventuras de esta singular pareja.

- ¿Es difícil en España adentrarse en el mundo del cómic y poder vivir de ello?

-Sí, hay dificultades porque la industria aquí no es como la francesa o la americana donde hay un volumen de ventas que permite que las editoriales puedan tener un flujo económico constante y pagar a los autores. En nuestra industria lo que falla es que el autor recibe un dinero en proporción a las venta y muchas veces eso no llega ni para pagarle un adelanto. Cuando el autor no recibe una compensación económica en función a su trabajo es porque hay algo que falla. Por eso los artistas que empezamos siempre estamos mirando fuera al ver la situación nacional. Ojalá mejore porque hay una cantera de artistas súper buenos que se están yendo todos fuera.

- ¿Puede mejorar esta situación?

-Sí, hay que incentivar la lectura en el colegio, hay que leer más desde pequeños. Hay que empezar desde la base, para que luego esos niños se puedan convertir en futuros lectores de cómic. Por ejemplo, la serie Moon Girl tiene éxito porque en Estados Unidos forma parte de los libros recomendados para el colegio.

- ¿Se ha encontrado con más dificultades por ser mujer?

-Cuando la mayoría de personas que trabajan en el gremio son autores notas la diferencia. Nos tenemos que posicionar en la industria como autoras, porque se tiende a vernos solo como mujeres. Yo pertenezco a un colectivo de autoras y comentamos historias muy fuertes: a veces vamos a salones y nos confunden con mujeres de, amigas de? nunca como autoras. Gente, a nivel de crítica, que no valora su obra por hacer un tipo de cómic que no es lo predominantemente universal masculino. Ciertas cosas que van más allá del trabajo en sí.

- Con el colectivo de autoras realizó la adaptación de la novela Todas putas , de Migoya, ¿qué querían transmitir?

-La novela fue muy criticada por muchos medios porque no pillaron el contexto real del libro, que lo que pretendía era hacer una crítica social de esa percepción que se tiene de algunas mujeres. El problema fue que la escribió un hombre, Migoya, que está muy metido en el mundo del feminismo, la igualdad? pero siendo un hombre se le mira más dentro de esta temática y él hizo un libro muy llamativo que no todo el mundo entendió. Todas conocíamos el pensamiento del autor y fue un poco una manera de acreditar el libro. Cada historia la realizamos una de nosotras. No porque trates un tema como el maltrato significa que estés a favor de esto, en este caso era totalmente una denuncia. Mucha gente no entiende el uso de la ficción para tratar ciertos aspectos.

- ¿Cómo fue el proceso de adaptación a una editorial tan grande como Marvel?

-Da vértigo al principio, estás nerviosa, miras cada cosa con lupa buscando la perfección. Cuando te acostumbras y te concentras todo se normaliza. No es bueno tampoco exigirse demasiado. Al final fue una oportunidad que me ofrecieron, acepté y estoy aprendiendo muchísimo y creciendo como artista. La serie está siendo bien recibida y quiero seguir aquí un par de años más.