Los locales municipales de Pedralonga y O Birloque son la punta de lanza del modelo que el Concello pretende implantar en las instalaciones de su propiedad que puedan ser usadas de forma regular por la ciudadanía, ya que ambos acogen ya actividades de los vecinos de la zona en la que se encuentran. El faro de Oza y la antigua prisión provincial serán otros de los espacios que se sumarán a esta política, que el Gobierno local pretende extender a otras dependencias de la ciudad mediante su adaptación para que puedan ser cedidos a colectivos sociales.

Una parte de los fondos europeos Eidus serán destinado a este fin, según el Ejecutivo municipal, que destaca que los locales carecían de mantenimiento y que incluso no estaban inventariados, por lo que tuvo que elaborarse una relación de los mismos que por el momento solo tiene un uso interno para el Concello. El grupo municipal del BNG anunció que presentará una pregunta en el pleno que se celebrará en septiembre acerca de cuándo se podrá acceder a esos locales, ya que el Gobierno local informó en enero que el inventario ya estaba confeccionado, por lo que expresaba su sorpresa por la demora en ocho meses para conocer cuáles serán los mecanismos para que las entidades sociales accedan a una cesión. Los nacionalistas también reclamarán información sobre la forma en la que este nuevo modelo afectará a los colectivos que ya tienen cedido un local.

El Ejecutivo municipal asegura sobre este aspecto que mantiene una "interlocución constante" con las entidades ciudadanas, a las que informó ya del mantenimiento previsto para los locales y de cómo regulará su cesión.