Casi una de cada cuatro viviendas habitadas de A Coruña está alquilada, ya que los hogares que cuentan con un contrato de arrendamiento representan el 24,3% del total, según los datos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Este porcentaje convierte a la ciudad en la que cuenta con un mayor volumen de alquileres en el mercado de la vivienda, seguida a corta distancia por Vigo, donde este tipo de modalidad residencial supone el 23,1% del total.

Las cifras de los últimos años reflejan que el mercado inmobiliario se orienta de forma progresiva hacia el alquiler desde 2013, primer año en el que superó a la hipoteca como forma de acceder a la vivienda. Hace dos años, el porcentaje de alquileres llegaba al 24,08%, lo que revela que la tendencia de este segmento inmobiliario apunta al crecimiento a causa de la situación del mercado y la economía en general.

Para el presidente de Fegein, Benito Iglesias, las razones de la evolución favorable de los alquileres, que rompen con la apuesta tradicional española por la vivienda en propiedad, se encuentran en la falta de estabilidad laboral de la población juvenil, que impide encadenarse a un contrato hipotecario; la mayor movilidad laboral existente en los últimos años, la falta de financiación por parte de los bancos, así como un cambio en la mentalidad de los consumidores.

Un factor más se suma al crecimiento de los alquileres, el aumento de la oferta motivado por el espectacular crecimiento del número de viviendas adquiridas con destino a este mercado. Durante 2016 el número de pisos comprados al contado se incrementó un 30% en Galicia, lo que el sector explica por la apuesta de los ahorradores por el alquiler como fórmula de inversión, ante el escaso rendimiento que les ofrecen los productos bancarios.

Esta demanda justifica en parte que A Coruña sea la ciudad gallega cuyo parque de viviendas creció más en la última década, ya que de las 111.520 existentes en 2007 se pasó a las 124.701 del año pasado, con un aumento de 13.181, según la Dirección General del Catastro.

En relación al precio de los alquileres, A Coruña se sitúa en segunda posición de Galicia, según los datos de Fegein ya que los 6,5 euros que se pagan de media por metro cuadrado son superados únicamente por los 6,95 euros que se abonan en Vigo. El portal inmobiliario Idealista coincide al colocar a Vigo como la ciudad con alquileres más elevados, aunque con una cifra media de 6,8 euros el metro cuadrado, mientras que en A Coruña es de 6,2 euros, con un incremento del 7,7% sobre el año anterior. El portal menciona además en su informe sobre Galicia a los municipios de Arteixo y Oleiros, ya que el año pasado el precio del metro cuadrado de alquiler fue de 6,2 euros y 5,7 euros respectivamente. Oleiros fue además la localidad gallega en la que los alquileres experimentaron un mayor aumento de precios, ya que llegó al 10%.

La evolución del mercado apunta al crecimiento para los próximos años como consecuencia de la mayor demanda de viviendas de alquiler, ya que el Instituto Galego de Estatística refleja un continuo incremento de los precios en toda Galicia en los últimos años en las principales ciudades de la comunidad. También Idealista señala ese mismo camino del sector, puesto que el precio del metro cuadrado para alquiler en Galicia se situó el año pasado en 5,2 euros, cifra que incrementa en un 4,2% la de 2015, de forma que el alquiler medio fue de 400 euros. Pero esta subida queda muy lejos de la que se experimentó en el conjunto de España, que alcanzó el 15,9% para quedarse en 8,2 euros por metro cuadrado.

A pesar de que Santiago tiene su media de precios en los 5,6 euros por metro cuadrado, el pujante negocio del alquiler existente en la capital gallega por la presencia de miles de estudiantes universitarios hace que sea la ciudad con la mayor rentabilidad, un 5,5%, cuando en A Coruña es del 5,4%, de acuerdo con el estudio realizado por Fegein.

El portal Idealista considera que esta tendencia del mercado favorable al alquiler se mantendrá y que no es coyuntural, ya que ha sido impulsada por las reformas legislativas aplicadas a raíz de la crisis económica. El profundo impacto de la recesión en los sectores inmobiliario y financiero ha decantado a muchos españoles por el alquiler, lo que ha derivado en un aumento de los precios de las viviendas destinadas a este fin. Ante esa demanda, los propietarios renuevan los contratos con incrementos en las tarifas, aunque todavía se sitúa por debajo de la media europea, donde el alquiler es la opción mayoritaria.