Hay quien prefiere llevarse el trabajo hecho de casa para llegar a la playa y dedicarse única y exclusivamente a tomar el sol y refrescarse en el mar. Una señora caminaba ayer por el paseo marítimo, a la altura del Playa Club, con la sombrilla abierta para refugiarse de los rayos y poder buscar tranquilamente un sitio en el arenal donde colocar la toalla. Y eso que era pronto y todavía no estaba la playa llena de toallas, como ha pasado estos días debido a las altas temperaturas registradas en la ciudad. La usuaria del arenal, conociendo lo difícil que es conseguir una buena parcela, decidió abrir la sombrilla antes de tiempo.