La construcción del poliducto que unirá la refinería de Repsol con el puerto exterior genera una intensa preocupación entre los vecinos de Nostián, quienes temen que las obras para instalar esta conducción les priven de la salida de emergencia que pueden utilizar en caso de emergencia en la planta química. El vial, que fue construido por la propia Repsol, comunica con la carretera de acceso al vertedero de la empresa Conteco, que quedará cortada durante los trabajos, por lo que será necesario construir una entrada alternativa.

Los vecinos protestaron durante años por la carencia de una vía de escape de la localidad, ya que se encuentra rodeada por la refinería, la planta de Butano, la de tratamiento de residuos urbanos de Albada y la carretera al puerto exterior. Sus presiones animaron a Repsol a dotar al núcleo rural de una salida de emergencia, que ahora podría quedar bloqueada a lo largo del tiempo en el que se desarrollen las obras del poliducto.

Fernando Balay, presidente de la entidad vecinal, asegura que las alegaciones presentadas por el colectivo en las que exponían sus reclamaciones sobre este proyecto no han sido contestadas. "Cuando presentamos alegaciones nunca nos contestan, Repsol dice que contestan a todas pero no nos llegan", explica. "No podemos escapar por ningún lado", comenta sobre la posibilidad de que un accidente en la refinería les obligue a abandonar sus casas, ya que las vías de acceso habituales quedan cortadas en situaciones de emergencia y la carretera del puerto exterior está vallada, por lo que si la de Conteco se cierra durante las obras, no habrá alternativa para los vecinos.

"Es como si no existiéramos", se lamenta Balay sobre la situación que padecen los habitantes de Nostián, que se consideran también amenazados por la proximidad de los vertederos de Conteco y Albada. La primera de esas empresas presentó alegaciones al proyecto del poliducto en las que advirtió que en caso de uso de explosivos, su depósito de residuos de construcción corría el riesgo de desplomarse durante los mismos trabajos o posteriormente, ya que pueden abrirse grietas que permitan el paso del agua y desestabilicen las terrazas instaladas.

"No lo tenían tan estudiado si Conteco dice que su vertedero se puede agrietar", señala Fernando Balay, quien destaca que el poliducto de Repsol pasará entre el pueblo de Nostián y los vertederos de Conteco y Albada, de los que solo les separa una distancia de entre 300 o 400 metros.

El dirigente vecinal recuerda que la proximidad de las instalaciones industriales que rodean esta localidad hace padecer a los habitantes de Nostián olores, ruidos y emisiones de gases, lo que le lleva a afirmar: "Aquí te comes todo, igual habría que ir a Europa a denunciarlo". En su opinión, el estudio ambiental sobre el proyecto del poliducto que elaboró Repsol "solo hablaba de pajaritos y cuatro cosas más", por lo que la asociación de vecinos solicitó a la compañía que le explicara cómo les afectaría esta iniciativa.

"Hubo una reunión con la refinería pero no nos aclararon gran cosa, el trazado es ese y es lo que hay, desde aquí no lo vamos a cambiar", sentencia Balay sobre la actitud de la empresa, por lo que desconoce qué pasos pueden tomar ahora para defender sus intereses. El Gobierno local también merece reproches de los vecinos, ya que en 2015 solicitaron una reunión con el alcalde tras presentar las alegaciones al primer proyecto del poliducto, aunque no fueron recibidos.

En lugar de esta entrevista con el regidor, la entidad fue atendida por "tres personas que casi no sabían donde está Nostián" y de las que Balay afirma: "Tuve que explicarles yo más cosas de las que me explicaron a mí", por lo que reclama que alguien acuda a Nostián e informe a los afectados "porque esto no es una tubería de agua que vaya a pasar por aquí".