Aline Riola siempre sintió curiosidad por el mundo de la cooperación. Hija de inmigrantes, estudió Educación Social y conoció Ecodesarrollo Gaia a través de un trabajo universitario. "Me quedé completamente enamorada de la labor que allí hacían", confiesa. En su tercer año de carrera, no dudó en hacer sus prácticas en esta ONG. "Pasé tres meses maravillosos dando clases de español a adultos y refuerzo escolar a niños". Desde entonces, su único objetivo ha sido ayudar.

Tras estudiar un máster de investigación en migraciones internacionales, Senegal apareció en su camino. "Siempre tuve ganas de ir pero nunca surgía la oportunidad", reconoce. Gracias a Ecodesarrollo Gaia, apareció. Pero antes, Aline estuvo trabajando como voluntaria en Marruecos e India. "Al volver, empecé un proyecto de clases de español dirigidas a senegaleses", explica sobre una iniciativa que pertenece al Coruña Cura. "Tenemos dos niveles, uno de iniciación en el que aprenden vocabulario y un poco de conversación, y un segundo nivel destinado a alumnos de español de la Universidad de Dakar", detalla la joven, que también se dedica a hacer dinámicas de grupo y a debatir sobre temas de concienciación medioambiental o de actualidad.

El trabajo satisface a Aline Riola, pero también se siente muy unida a la gente con la que contacta día a día. "La experiencia está siendo maravillosa", dice, y añade: "Me encanta Senegal, me encanta Yoff —ciudad en la que está instalada actualmente— y sobre todo me encanta la gente. Son encantadores. Siempre te hablan con una sonrisa y con mucha alegría de vivir. Estoy como en casa", concluye.