Cuando un barrio se convierte en el punto de reunión nocturno, es difícil descansar. Pero no solamente el ruido es el problema, sino también todas las secuelas derivadas del botellón y las zonas de acumulación de pubs, como suciedad o peleas. El Ayuntamiento tomó medidas para mitigar esta situación, que afectó a varios lugares de la ciudad, como la zona del Orzán o la plaza del Humor, alcanzando su máximo apogeo en los primeros años del nuevo milenio. En algunos casos surtió efecto, y en otros no.

La plaza del Humor y sus calles aledañas fueron declaradas en 2008 Zonas de Especial Protección (ZEP), lo cual impide la concentración de personas entre las 22.00 y las 08.00 horas. Una vecina recuerda que, antes de implantarse la normativa, "por la mañana esto parecía un estercolero, vomitonas en los bancos, en los portales? y venían a limpiar cuando les cuadraba. Ahora la zona está mucho más tranquila". Una residente de la plaza cuenta que "hace 15 años dormir era imposible", y una mujer de la calle Juan XXIII, que desemboca en la plaza, afirma que notó mejoría, ya que hacia el año 2000 "aquello era un desmadre".

Otra de las zonas afectadas por las aglomeraciones nocturnas es la zona del Orzán, que incluye las calles Socorro, Sol, Cancela, Tahona y Orzán, entre otras. A raíz de la presiones realizadas por los vecinos, el Ayuntamiento la declaró Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en 2009. Esto significó, entre otras medidas, la prohibición de nuevos locales de ocio, subvenciones para la sustitución de ventanas en las viviendas afectadas y para el cambio de categorías de locales. A pesar de que durante unos años se notó una mejoría, los vecinos ven ahora sin embargo una "regresión".

Hora de cierre

Una residente de la calle del Socorro se lamenta de que en algunos locales el público se quede dentro con las puertas cerradas tras la hora fijada para el cierre. "Ahora un piso aquí no vale ni la mitad, porque se vive con miedo y sin libertad", afirma esta vecina, que asegura que al salir de casa un domingo o festivo por la mañana muchas veces hay que llamar a la policía por peleas entre borrachos.

Aunque en el barrio existe la asociación de vecinos Ensenada del Orzán, que hace años consiguió mejoras, ahora mismo "su lucha es completamente inútil y estamos desprotegidos", porque afirma que la normativa permite que un local al que se le ordene cerrar por denuncias e irregularidades, pueda volver a abrir con otro nombre.

Otra vecina de la calle del Socorro declara: "Si el alcalde viviera aquí, no permitiría esto". Relata que varios taxistas le han confesado su miedo a recogerla o llevarla por esa zona de madrugada. Un vecino de la calle del Orzán cuenta que la zona "estuvo un tiempo bastante controlada, pero ahora mismo es un desastre".