Un hombre de 27 años fue denunciado el pasado lunes por la Policía Local tras haber golpeado a su pareja y arrojado al suelo durante una discusión en la calle Barcelona. Los hechos sucedieron a las 07.15 horas en la confluencia de esa vía con la de Agra do Orzán, donde los agentes vieron como el joven sujetaba por los brazos a una mujer para que no se levantase del banco en el que estaba sentada.

Los policías intervinieron y observaron como la mujer tenía los ojos enrojecidos de haber llorado, aunque ella les solicitó que no actuasen porque no había sucedido nada. Cuando intentaron identificar y cachear al sospechoso, este se negó de forma agresiva, al tiempo que agitaba los brazos y gritaba, hasta el punto de golpear a uno de los agentes con un puño.

Este hecho motivó que fuera detenido, aunque durante la intervención la mujer trató de entorpecer la actuación de los policías, que tuvieron que apartarla del lugar en varias ocasiones. Posteriormente, explicó que había discutido con su pareja y que la había golpeado y lanzado al suelo agarrándola por el pelo.

A pesar de esto, la víctima, que tenía un herida en una rodilla y la camiseta que vestía rota, se negó a denunciar la agresión. Los policías consiguieron la declaración de dos testigos que explicaron que el sospechoso, cuando vio llegar a la patrulla, pidió a la mujer que no le denunciase. La dotación finalmente le denunció de oficio por los presuntos delitos de violencia de género y de resistencia grave a los agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones.

Incumplimiento

La Policía Local también intervino el lunes en el quebrantamiento de una orden de alejamiento por parte de un hombre de 82 años que había sido dictada por la Audiencia Provincial por haber cometido un delito de agresión sexual que le llevó a prisión.

La familia a la que tenía prohibido acercarse denunció que el hombre se había instalado en el piso en el que residía anteriormente, en el edificio de enfrente al suyo en el barrio de O Castrillón, por lo que los agentes acudieron a la vivienda y le pidieron explicaciones, al tiempo que le recordaron que la orden judicial le impide además residir en A Coruña.

El hombre alegó que acababa de salir de la cárcel donde cumplió la condena y que desconocía que estuviera en vigor la medida de protección hacia la pareja y sus dos hijos, por lo que pensaba que no había problema para que regresara a su domicilio.