Un reglamento europeo establece la caducidad de las concesiones públicas al cabo de 30 años si no han sido otorgadas mediante un concurso abierto. El Gobierno local utilizó esta norma para considerar finalizado el año pasado el contrato de la Compañía de Tranvías y consultó a la Comisión Europea para garantizar que la decisión adoptada era correcta. Una vez recibido el visto bueno del órgano comunitario, el Concello aprobó una prórroga de dos años para hacer posible la licitación de un nuevo contrato.

Pero el propio reglamento europeo da también la posibilidad de mantener la concesión hasta la fecha prevista para su conclusión si se modifican sus condiciones para adaptarla a la legislación de la UE. Es esta vía la que pretende aprovechar el Gobierno local para conseguir que Tranvías reduzca el precio del billete o acepte mayores bonificaciones que las que se aplican actualmente. "Ese sería también el resultado de una nueva licitación", explicó en junio el alcalde, Xulio Ferreiro, quien se fijó el objetivo de lograr un transporte público "más beneficioso". La iniciativa no es del agrado sin embargo del BNG, que la considera una renuncia a la municipalización del servicio.