Marea Atlántica suma alegaciones al estudio de impacto ambiental elaborado por Gesmaga para su proyecto de planta de residuos en Santa Icía. En la Corporación coruñesa es el Partido Popular el único que no se ha posicionado aún sobre esta iniciativa. El BNG ha presentado también sus reclamaciones, algo que harán conjuntamente los socialistas de A Coruña y Arteixo. El texto entregado por Registro por Marea reclama la "paralización inmediata" del proyecto al considerarlo "innecesario" y por entender que "no respeta la normativa vigente".

Tras mencionar su proximidad a los núcleos de población, se detalla que la empresa no justifica la necesidad de la planta, pese a que el Plan de Xestión de Residuos Industriais de Galicia 2016-2022 y el Programa de Xestión de Residuos da Construción e Demolición de Galicia 2013-2016 exigen este requisito. Según dice, ambos documentos mencionan que "hay ya instalaciones suficientes de este tipo" en Galicia. Marea destaca que en la provincia existen 89 recintos de valorización de residuos industriales, además de 37 de clasificación, 3 de eliminación y 7 vertederos. A esto añade que la planta de Gesmaga situada en Coristanco acaba de ser paralizada.

Para esta formación, la empresa no justifica la elección de Santa Icía para ubicar su proyecto ni ofrece alternativas y, además, no explica cómo afectará su actividad al entorno, pese a que estaría en suelo forestal. También figura en las alegaciones qué medidas se tomarían para reducir el impacto ambiental, así como la forma en la que se facilitará el paso de camiones ni se instalarán los servicios necesarios. Marea resalta también la ausencia de estudios sobre los efectos del ruido y el polvo en la población y señala que el proyecto ha sido "llevado sin publicidad y casi en secreto", aunque con el apoyo del Gobierno local de Arteixo. Marea expresa por todas estas razones su apoyo a las iniciativas puestas en marcha por los vecinos de Santa Icía, Feáns y Novo Mesoiro y anuncia la organización de una jornada informativa sobre el proyecto y sus consecuencias, además de la presentación de mociones en el Concello coruñés y la Diputación para expresar su rechazo a la planta.