El proyecto de la planta para residuos industriales y de construcción que la empresa Gesmaga tiene en marcha en el lugar de Teixoeira-Santa Icía, cuyo estudio de impacto ambiental simplificado se encuentra sometido a información pública, se verá demorado de forma sustancial. Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente informaron ayer que se ha apreciado que la documentación proporcionada por la empresa está incompleta, por lo que se reclamará que efectúe un estudio de impacto ambiental ordinario.

Ese proceso tiene una tramitación mucho más prolongada que la que lleva a cabo ahora Gesmaga, ya que su duración mínima, que implicaría que no se exigiera documentación a la empresa y que no se presentarán alegaciones, es de seis meses, aunque la duración habitual de estas tramitaciones es de unos ocho meses.

"Me gustaría dar el mensaje de tranquilidad a los vecinos de A Coruña y Arteixo en el sentido de que nos ceñiremos estrictamente a la legislación vigente", declaró ayer la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, sobre las alegaciones que partidos políticos y entidades vecinales están presentando al proyecto por su proximidad a varios núcleos de población de A Coruña y Arteixo, cuyos habitantes temen sufrir las consecuencias del tratamiento de residuos que se realice en Santa Icía.

Mato destacó que Gesmaga pretende instalar su planta sobre suelo rústico de especial protección forestal y recordó que la ley del suelo gallega permite acometer esta clase de proyectos en terrenos con esa clasificación, pero también puso de relieve que este mismo año se aprobó el Plan de Residuos Industriales que establece que las plantas de tratamiento "deberán ubicarse prioritariamente en un suelo industrial", por lo que el proyecto de Gesmaga será analizado de acuerdo con estas consideraciones.

Fuentes de la consellería indicaron además que será complicado que se dé autorización para instalar una planta de residuos en suelo rústico cuando en todo su entorno hay polígonos industriales que podrían albergarla. En los alrededores de Santa Icía no solo se halla el parque empresarial de Sabón, sino también los de Vío y Morás, que se encuentran completamente desocupados, y están también clasificados como de uso industrial los terrenos de As Rañas cuyos propietarios acaban de reactivar el proyecto de parque tecnológico diseñado hace años y que quedó en suspenso a causa de la crisis.

"Las alegaciones serán estudiadas", manifestó ayer Beatriz Mato acerca de las reclamaciones presentadas en contra de la ubicación de la planta a corta distancia de núcleos de población, aunque también advirtió de que "cualquier papel que se mete por registro hay que tramitarlo como proceda y corresponda" y que la Xunta exigirá a la empresa el "estricto cumplimiento de la legislación vigente".

La conselleira salió también al paso de la crítica de la concejal de Medio Ambiente coruñesa, María García, a su departamento por someter a información pública el estudio de impacto ambiental de Gesmaga, ya que su juicio tiene tales carencias que obligarían a inadmitirlo. "No sé cómo trabaja el Concello de A Coruña, pero me gustaría creer que trabaja bien, en el sentido de que cuando alguien presenta un papel se tramita", declaró Mato, para quien "lo que no hace ningún gobernante es decir lo quito o lo pongo porque sí".

Fuentes de su departamento detallaron posteriormente que la Xunta está obligada a tramitar el estudio de impacto ambiental de Gesmaga y a ponerlo a exposición pública, lo que permite que ahora reciba alegaciones antes de su posible aprobación inicial. En caso de que recibiera el visto bueno de la Consellería de Medio Ambiente, el proyecto sería sometido a un segundo periodo de información pública en el que de nuevo podrían presentarse alegaciones.