José Antonio Buyo, conocido como Cote, lleva 50 años viviendo en el barrio. "Crecí aquí y el barrio sigue siendo el mismo. Se caracteriza por sus pocas carreteras, está lleno de plazas y zonas verdes, los niños pueden bajar con la bici sin problema porque no pueden pasar coches por muchas zonas, y eso es algo que hace al barrio especial, no es una característica común que un barrio no tenga carreteras por el medio. Es una zona tranquila, el barrio es como un gran parque", explica Cote.

Buyo recuerda su niñez por la zona, como jugaba al fútbol en el antiguo campo, que ahora ya no existe, las tardes de verano en la fuente de la Cuca, donde jugaban con el agua, que también recogían los vecinos, o como plantó árboles que ahora habitan los parques. Se declara un "enamorado" del barrio, y declara que aunque la gente se vaya, "todos acaban volviendo". "Es un barrio especial, distinto a lo común, ahora además se está rejuveneciendo, los jóvenes empiezan a comprar aquí". Cote reconoce que la época de los 80, en la que la heroína "se llevó a mucha gente querida", "manchó" mucho el nombre del barrio, pero todo ello quedo atrás y el barrio "es una zona maravillosa para vivir".