Un error en la colocación de los números del mes de septiembre en el calendario municipal, en el que se repite el día 10 y deja de existir el 19, ha provocado alguna que otra sonrisa entre aquellos que tienen el almanaque encima de la mesa. Muchos suspirarán al ver que cabe una pequeña, pequeñísima, posibilidad de que el martes 19 no llegue a amanecer como tal y que, cuando suene el despertador, sea el domingo 10 el que se apodere de la jornada. Una felicidad efímera, como cuando a las tres vuelven a ser las dos.