Casi 58.000 niños y niñas de educación infantil, primaria y especial de la provincia de A Coruña, cerca de 20.000 en la ciudad, regresaron ayer, tras las vacaciones de verano, a las aulas de los colegios públicos, concertados y privados. Los más pequeños, los que el curso pasado terminaron el último año en una escuela infantil, tendrán en los próximos días jornadas de adaptación con la presencia de sus padres para conocer a los profesores y a sus nuevos compañeros. El delegado de la Xunta, Ovidio Rodeiro, visitó el colegio coruñés San Francisco Javier, donde respaldó los conciertos a los centros que segregan a sus alumnos por sexo, que perciben más de tres millones de euros anuales. Rodeiro defendió el número de profesores de apoyo en los centros a pesar de las denuncias de las asociaciones de padres y madres de alumnos, los sindicatos y los propios padres.
