Un vecino de Sada que intentó violar a su hija de un año y un mes y al que le incautaron en junio de 2016 en su teléfono móvil 823 imágenes de menores desnudos y vídeos de contenido sexual explícito de niños fue condenado a doce años de prisión y a la inhabilitación para ejercer cualquier profesión que conlleve contacto con menores durante veintidós años. El tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña considera probado en la sentencia que el procesado grabó un vídeo y tomó fotografías cuando le desabrochó el pañal a la bebé e intentó violarla. Las imágenes se las envió a una mujer -contra la que se sigue una causa penal diferente- con la que se intercambiaba archivos con contenidos sexuales de niños.

El alto tribunal provincial también ordena en el fallo la toma de muestras biológicas del acusado y la realización de análisis para obtener su ADN y registrarlo en las bases de datos policiales por el "alto riesgo de reiteración delictiva" que existe, tal y como reclamaba el fiscal en su escrito de calificación. Además, los magistrados le impusieron la pérdida de la patria potestad, una orden de alejamiento de su hija, 14 años de libertad vigilada cuando salga de prisión y el abono de una indemnización a la bebé de 40.000 euros.

Durante el juicio, que se celebró a puerta cerrada el pasado mes de julio para proteger la identidad de los menores, el sospechoso admitió ser autor de un delito de tenencia de pornografía infantil, pero se negó a responder a las preguntas relacionadas con el intento de violación a su hija de 13 meses. El condenado ya había sido identificado en 2011 por la Policía Local porque acudía diariamente a un pabellón y se masturbaba mientras veía a los niños jugar; y, en 2015, fue detenido por posesión de pornografía infantil.

La investigación arrancó a principios de 2016, cuando la unidad tecnológica de la Policía Judicial de Madrid recibió documentación a través de la Embajada de Estados Unidos procedente de una ONG estadounidense -National Center for Missing & Exploited Children- que acreditaba el envío desde el teléfono móvil del acusado de "fotografías con niños que participaban en conductas sexualmente explícitas". En una de las conversaciones intervenidas por los investigadores, con fecha de diciembre de 2015, otro pederasta le pregunta abiertamente si ya había violado a "su niña", nacida ese mismo año, ante lo que responde: "Aún no". El intento de agredir sexualmente a la bebé sucedió en mayo de 2016 a las diez de la mañana.

En otro de los contactos que mantenía sobre contenidos pedófilos con personas que no han podido ser identificadas, el procesado escribió: "Me gustan las niñas de nueve añitos". La Fiscalía reclamaba que fuese sentenciado a 15 años de cárcel y al abono de una indemnización de 100.000 euros a su hija, así como a ocho años de prohibición de ejercer la patria potestad; a 24 años de prohibición de comunicarse y aproximarse a la víctima; a 14 años de libertad vigilada; y a 23 años de inhabilitación para trabajar con menores.