Las huellas dactilares del sospechoso que los agentes de la científica localizaron en el lugar de los hechos fueron insuficientes para que un acusado fuese sentenciado por el delito de robo con fuerza que le imputaba el fiscal. El representante del Ministerio público solicitaba en su informe sobre los hechos que fuese condenado a dos años de cárcel y a indemnizar a los propietarios de dos automóviles en cuyo interior robaron en 2011, cuando estaban estacionados en un garaje de Peruleiro.

El titular del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña señala en la sentencia que las huellas demuestran que el imputado estuvo en contacto con la superficie en la que aparecieron impresa, pero no prueban que fuese el autor de los hechos delictivos, por lo que decretó su absolución para no desvirtuar la presunción de inocencia. Los coches amanecieron con los cristales rotos y de su interior sustrajeron una petaca con 30 euros en monedas y tres envases de zumo. Los daños causados en los dos automóviles ascendieron a 657 euros.