El día que presuntamente mató a su suegra y raptó a su hija de 21 meses, J. M. M. C., de 43 años, escribió decenas de correos electrónicos a su excompañera sentimental amenazándola de muerte, tanto a ella como a la fallecida. La mujer no los vio hasta después de encontrarse de madrugada el cadáver de su madre, de 73 años, en el suelo del piso en el que ambas vivían en la calle Gerión, en Monte Alto. El procesado, al que tenía bloqueado en WhatsApp y Facebook, comenzó a acosarla a las 15.37 horas del día de los hechos, el pasado 20 de agosto. Ambos habían convivido durante cuatro años, hasta que en junio de 2017 decidió dejarlo y trasladarse a vivir con su madre a Monte Alto.

El detenido, según su exnovia, se había "obsesionado" con su suegra, a la que acusaba de "malmeter en la relación" con el objetivo de que terminase para que su hija se fuese a vivir con ella porque estaba "sola". Además, aseguraba que era "la causante de todos sus problemas", por lo que la amenazó de muerte en varias ocasiones, al igual que a su excompañera sentimental, quien testificó que durante el tiempo que duró la convivencia la agredía "frecuentemente" y que en ocasiones los vecinos alertaron a la policía. Incluso conserva partes médicos y fotografías de algunas de las lesiones que le causó.

En los primeros emails, el sospechoso, que unos días antes le había comentado que estaba vinculado a la secta Hermanos Satánicos, escribió: "Mis hermanos me dicen que sacrifique y mate a tu madre para que pague por todo lo que ha hecho". En ese mismo correo expresaba "cosas sin sentido", según aseguró y mostró la víctima a los agentes que le tomaron declaración. Unos cuarenta y cinco minutos antes, sobre las 14.30 horas, le había enviado una fotografía "de lo que parecía un lagarto destripado". El imputado era aficionado a los reptiles y tenía animales exóticos en su vivienda.

Ya de madrugada, alrededor de la una, le espetó: "Mientras estabas en la playa con otro hombre golpeé a tu madre y le pegué a la niña", por lo que le dio a entender que había pasado "algo". Además, le aseguró que había salido de España con la hija que tienen en común. En otros correos que le envió ese día se refería a su suegra como "el origen de todos los males" entre la pareja, motivo por el cual le advertía de que le había sucedido "algo" y que la siguiente iba a ser ella. A las dos y media de la madrugada le mandó una fotografía de su espalda en la que se ve una marca, que, según él, le había hecho su suegra. El último email lo recibió sobre las cuatro y media de la mañana, es decir, catorce horas después del primero, y en él, además de insultarla, le cuenta que le había quitado a su hija y la amenaza con sacarle al otro -un niño de ocho años fruto de otra relación que el día de los hechos estaba en casa de un amigo-.

La mujer, que está asistida por el abogado Diego Reboredo, relató ante la Policía Nacional que el día en el que presuntamente su exnovio mató a su madre salió de la vivienda de Monte Alto sobre las tres y media de la tarde para ir a la playa del Orzán con un compañero de trabajo. En el inmueble se quedó su madre con su hija de 21 meses. Sobre las 18.30 horas se fue del arenal junto con su acompañante, con el que pasó la tarde antes de entrar ambos a trabajar en una pizzería. A la una de la mañana terminó la jornada y se fue a cenar a casa de su compañero, situada en Fonteculler. De camino observó el vehículo de su expareja estacionado en una gasolinera de la zona y le extrañó porque no era un lugar que soliese frecuentar. Sobre las cuatro, de regreso a su domicilio de Monte Alto, volvió a ver el turismo de su exnovio aparcado en el mismo sitio. "Me extrañó aún más porque la primera vez pensé que estaba echando gasolina, per entonces vi que tenía un golpe en un lateral y una rueda muy dañada", señaló ante los agentes. Al llegar a la vivienda de A Coruña se encontró con el cadáver de su madre en el pasillo y con un charco de sangre a su alrededor. El cuerpo, según fuentes policiales, no presentaba heridas por arma blanca ni de fuego.

Enseguida sospechó de su excompañero sentimental, pues su hija no estaba en el piso. Además, indicó que su habitación estaba "toda revuelta" y que le faltaban "300 euros" que guardaba debajo de unas cajas en el armario. Su exnovio, según testificó, quería "llevarse a la niña a solas" desde que se separaron, algo con lo que ella no estaba conforme porque es "consumidor de cocaína y de hachís" y tiene diagnosticada "una medicación para los nervios". En cuanto a la custodia de la menor, no habían iniciado ningún trámite, pues la niña vivía con ella y "de vez en cuando" la recogía su padre.

"Últimamente se la llevaba cuando le venía en gana aunque le decía que tenía que estar yo. Solía pasar un día con ella y la devolvía por la noche. Mi madre entregaba y recogía a la niña porque yo no estaba en casa por mi trabajo", indicó la mujer, quien sostuvo en su declaración que le había advertido a su madre que era mejor "que no le abriese la puerta", pero ella seguía haciéndolo para "evitar mayores problemas". El arrestado, según insistió su expareja, había amenazado a su suegra de muerte en numerosas ocasiones.