Es habitual en los plenos que haya que poner orden o pedir silencio para que las sesiones transcurran con normalidad. Pasó en el pleno del Ayuntamiento de Cambre, celebrado ayer por la noche, y fue el propio alcalde quien invitó a los agentes municipales que intervinieran para impedir que el alboroto molestara mientras se desarrollaba el pleno en el salón municipal. Fuera había una charla animada, que se escuchaba en el interior. El alcalde, que presidía el pleno, no tuvo más remedio que señalar a los policías que custodiaban la sesión que el volumen de fuera no era el adecuado y que necesitaba que pusiesen la cremallera a los allí congregados para que los concejales pudiesen seguir con normalidad la reunión.