El dragado de la ría de O Burgo ya tiene su Declaración de Impacto Ambiental. La secretaria de Estado de Medio Ambiente ha informado favorablemente sobre el proyecto. El departamento, que hizo público ayer su dictamen en el Boletín Oficial del Estado, condiciona su sí, entre otras cuestiones, a que el plan incorpore mayores medidas de control hasta 10 años después de los trabajos o que se analice la presencia de varios tipos de hidrocarburos y químicos omitidos en los análisis previos. El Gobierno central deberá concretar ahora plazos, comprometer financiación y contratar los trabajos, pasos que había ido aplazando hasta que se concluyese esta declaración ambiental. El plan inicial preveía una inversión de 46,3 millones de euros.

El documento final altera el programa de obras para "mejorar la coordinación con el marisqueo" pero no resuelve si se indemnizará a los mariscadores. Con los cambios, el plazo estimado de obras pasa de 21 a 23 meses. La ampliación y mejora de los espacios públicos de uso recreativo se concentrará sobre las zonas donde se depositarán las bolsas con los sedimentos más contaminantes, en Culleredo y Oleiros. En el caso de este último municipio, el Gobierno central asume una conexión entre el nuevo espacio verde y O Graxal. Ignora la propuesta del Concello coruñés de dotar de una senda peatonal y para bicicletas la franja de Oza a A Pasaxe.

La alternativa elegida

La alternativa elegida para el proyecto de dragado prevé la retirada de 554.176 metros cúbicos de lodos, de los que 161.523 son materiales tóxicos. Estos lodos contaminados serán "confinados" en dos recintos, uno en Culleredo con 153.659 metros cúbicos y otro en Oleiros con 8.055. Se almacenarán en "geotubos", enormes bolsas de alta resistencia que se llenarán con el material movilizado y que serán aislados. Sobre ellos, se acondicionará el espacio para ampliar el paseo marítimo. El material obtenido en el exterior de la ría se depositará en la playa de Santa Cristina.

Además del material contaminado (categoría IIIa y II con toxicidad positiva), se movilizarán otros lodos sin o con menos toxicidad (I y II). El no contaminado (categoría I) servirá para restituir la zona de marisqueo (parte interior de la ría y bancos de A Maruxa y O Cainzo) y para mejorar el fondo de la laguna de Culleredo. El Ministerio pretendía aportar también arena de Langosteira a la laguna pero el departamento encargado de dar el visto bueno a la declaración ambiental echó atrás sus planes al concluir que "no se ha podido evaluar" ni su idoneidad" ni las afecciones que causaría. El material de categoría II (223.361 metros cúbicos) irá a parar a un punto mar adentro (P09), a donde se trasladará en pontones. El punto está autorizado por la Xunta y, según el documento, el caladero de pesca más cercano se sitúa a dos kilómetros. La zona de marismas de Culleredo no se tocará para preservar los hábitats y generar un menor impacto sobre la avifauna.

Comisión y marisqueo

Todas las alegaciones que recibió el proyecto fueron presentadas por miembros de la Mesa de la Ría (ayuntamientos, cofradía y plataforma). Una petición conjunta fue la constitución de una Comisión de Seguimiento, con participación de todos sus miembros, que funcionase al menos durante los dos años posteriores a la finalización de los trabajos. El área redactora del proyecto (Dirección General de Sostenibilidad de la Costa) señala que no es su competencia prever este ente y que su creación corresponde a "las administraciones implicadas".

Por otro lado, se modifica el proyecto, tras este periodo de exposición pública, para "mejorar la coordinación con el marisqueo". Hay varios bancos implicados, parcial o totalmente. Antes de que entren las máquinas en la ría, habrá que retirar la semilla de marisco de los bancos afectados para poder reinstalarla en otros y para poder devolverla después a su lugar original, una vez que el estuario esté saneado. Con dicha reprogramación, el tiempo de trabajos se amplía de 21 a 23 meses.

Según los nuevos planes, la retirada de bivalvos se hará en dos fases. En los bancos marisqueros interiores no se podrá faenar desde el inicio de las obras, mientras que en los exteriores se podrá continuar la actividad de marisqueo durante el primer año, retirándose los bivalvos al final de este año. Adicionalmente, la duración total del cese de actividad marisquera incluirá el periodo que transcurre desde que finalice el dragado hasta que los bivalvos plantados alcancen su talla comercial. Medio Ambiente no habla de indemnizaciones. Solo defiende que es un impacto "compatible", que no debe frenar el proyecto, "dada la magnitud de la reducción de los ingresos calculados". Considera, en todo caso, que el impacto futuro será positivo con la mejora de la calidad del producto "debido a la mejora en la calidad de los sedimentos".

Cara y cruz de las alegaciones

La Dirección General de Sostenibilidad incluye una serie de modificaciones técnicas en el proyecto derivadas, relata, del periodo de información pública y de las alegaciones presentadas. Además del marisqueo, hay otra grupo de condicionantes que le han llevado a alterar el plan de obra. Por ejemplo, los trabajos en los márgenes en la ría más próximos a las zonas urbanizadas se realizarán en horario diurno; el dragado de sectores con distintas categorías se realizará en periodos diferentes; y evitarán el dragado en las zonas más próximas a las áreas donde está presente la avifauna en los meses de invierno.

Cambia también la forma en la que se trasladarán los lodos de categoría II hasta el mar. Se harán sobre un gánguil o pontón, prohibiéndose su almacenamiento en geotubos en la draga. Hay también un pequeño cambio en el ámbito a dragar: se amplía la zona de dragado en uno de los bancos y su material se destinará a recuperar la zona intermareal. El objetivo es minimizar el impacto sobre la morfología del interior de la ría. Habrá más posaderos de aves para su protección y abarcarán más sectores.

Ante la preocupación por determinada vegetación de ribera, el Ministerio ofrece como respuesta una mayor señalización y formación de los obreros. Respecto al plan de vigilancia ambiental, se aceptan dos alegaciones: realizar un control específico de los plumachos (mensual durante la obra y anual durante tres años después de acabar) y establecer un punto de control de la calidad del agua en la playa de Oza. Un año antes de las operaciones, el Ministerio se compromete a iniciar un plan de muestreo específico diseñado por el Intecmar (Xunta) para "monitorizar el impacto en los bancos marisqueros".

Nuevos espacios recreativos

Sobre los recintos en los que se confinarán los lodos, en las riberas de Culleredo y Oleiros, está prevista la adecuación de espacios de ocio, prolongación de los paseos marítimos, que quedan redefinidos. Se ejecutará una senda peatonal en el recinto de Oleiros, pedida por el Gobierno municipal, que conectará el espacio público de O Graxal con el parque de Beiramar, incorporando carril bici y aprovechando la zona de los antiguos embarcaderos. En el recinto de Culleredo, se modificará la tipología de las pasarelas de madera por hormigón, riego para las zonas verdes y nuevas especies arbustivas. Oleiros sumará 677 metros de paseo y 12.270 metros cuadrados de zona recreativa. Culleredo 1.048 y 53.383.

La laguna de Culleredo

Uno de los puntos más sensibles ambientalmente es la laguna de Culleredo y su entorno. El documento reconoce el "alto valor" ecológico de la zona de marismas. Los tres sectores más próximos a ella (de los 18 en los que se divide la ría para trabajar) no se tocarán en los trabajos. Sin embargo, la laguna será un punto de recepción de material durante el dragado. Esto es, el redactor prevé convertir una parte de la laguna en un depósito de decantación, a donde se trasladará y reposará el líquido residual "filtrado" de los lodos más contaminados que se van a confinar en los recintos de Oleiros y Culleredo. Cuando el agua presente los valores adecuados, será posible su desagüe a la ría.

Rematado el proceso y retirados los fangos, se ha previsto añadir una capa de cobertura de 12.700 metros cúbicos de material no contaminado extraído del dragado. La idea del órgano redactor del proyecto era también aportar arena de Langosteira pero el órgano ambiental competente lo ha vetado, al tiempo que ha impuesto un control específico de la calidad de las aguas de la laguna y una revisión durante diez años de los recintos que custodiarán el material tóxico.